Primavera otoño 2020 (Año LXIII Núms. 122-123)

horizontes@pucpr.edu Año LXIV Núm. 124-125 horizontes PRIMAVERA / OTOÑO 2021 PUCPR 84 LÉXICO DE ETIMOLOGÍA ÁRABE DEL ESPAÑOL ACTUAL, Y DE USO GENERAL, EN PUERTO RICO Dr. Ángel Manuel Encarnación Rivera Universidad Ana G. Méndez Introducción. Echamos una mirada sobre unas etimologías muy especiales para la cultura puertorriqueña porque han quedado grabadas, porque han significado mucho y siguen permanentemente en nuestra historia. El resultado es un muestrario de palabras de origen árabe que han sido, y pueden seguir siendo, muy significativas en nuestra cultura, en nuestra identidad. Son de uso diario y general; nos marcan, nos definen como sociedad. Claro, este léxico existe en nuestro patrimonio de uso diario, por eso es más difícil su reconocimiento. Está ahí, pero hay que identificarlo por medio del estudio, la experiencia y el conocimiento. Para saber su origen hay que investigar. Ninguna de ellas viene con un sello que las identifica; se necesita una búsqueda investigativa tenaz; no es como nos dicen algunos investigadores del patio, tanto de las universidades públicas como privadas, que esto no es sino una lista de palabras, nada más. Es una lista que nos ayuda a entender lo que somos, de dónde hemos salido, por qué somos de tal o cual manera. El estudio del idioma cada día pierde mayor importancia, razón por la cual muchas veces no sepamos algunas respuestas a nuestras interrogantes socioculturales. No se puede hablar de puertorriqueñidad sin palabras como zafra la que significó toda una época y nos evocaba el sustento, la supervivencia; como azucena , flor que nos abría paso al mundo de la vida y el contacto con el más allá. Mucho se podría decir de arroz , alimento principal y urgente; de fulano , escape de la necesidad de nombrar lo desconocido; de limón , alacena , alacrán , café , alboroto , albañil , alfajía , ojalá , alcantarilla , almuerzo, y otras decenas que recogemos aquí. Ellas fueron las que nos dieron contacto con el mundo concreto, las que materializaban expectativas de vida, concretizaron nuestros ideales, conformaron nuestras esperanzas y nuestros sueños. No se han querido ir, ni permiten sustituciones. Un albañil no es un técnico de planta física, jamás; ni una alcancía es un banquito, ni un cerdito, a pesar de que se ha tratado de llamarla así. No hay manera de nombrar a la azucena ni a la amapola con sustantivos que tengan tanta aceptación. La berenjena , el ajonjolí , la algarro ba y el alboroto tienen otros apelativos. ¿Dónde están? Un alcalde no es un presidente municipal. ¿Qué es eso? Sin ellas no podría hablarse de cultura puertorriqueña como tal, sino de cultura; la vivencia, las experiencias vitales que forman la personalidad especial de nuestra ciudadanía, sería difícil marcarlas sin ellas. Así pasa en el léxico todos los pueblos de origen hispano. El aspecto lingüístico es parte de nuestra personalidad. Este vocabulario cubre lo social, los empleos, la historia, la alimentación, la vivienda… todo lo que consiste en aquello que nos distingue de otras sociedades hispanas. La tecnología no ha podido eliminarlas de nuestra realidad; al contrario, los medios de masas las han diseminado más y las ponen de moda nuevamente. Eso prueba lo vivo y significativo de la cultura árabe.

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