Revista Horizontes: primavera/otoño 2017 | Año LX Núms. 116-117

64 Estos textos nos llevan a reflexionar ampliamente, y a inferir, que las raíces del trascendentalismo puertorriqueño como movimiento teológico o espiritual del hombre se expandió, más allá, de lo que se pudo pensar en Puerto Rico —y por eso— Roberto Fernández Retamar en su tesis del 1953 y Félix Franco Oppenheimer en el artículo del 1996 cuando habla de la revista Surcos de la hermana República Dominicana; ambos autores —respectivamente en sus obras— dialogan sobre los poetas trascendentalistas. Este hallazgo, es revelador, porque sostiene, afirma y señala que el Movimiento trascendentalista puertorriqueño del 1948 no tan sólo se difundió a las islas vecinas sino que formó una ″Escuela Trascendentalista″ en la cuenca caribeña, la cual, aún no se ha estudiado porque ha pasado desapercibida, para muchos intelectuales, durante varias décadas; y máxime, cuando cada uno de sus autores poseen un sello personal y distintivo que lo caracteriza. Además, nos lleva a sostener que el “Manifiesto Trascendentalista” de la revista Alma Latina en 1948 es el iniciador del movimiento y, por ello, nos compete a todos los estudiosos puertorriqueños viajar sobre las páginas de la historia y develar hasta la saciedad este importante descubrimiento para las letras de nuestro país. Cronológicamente hablando, si fuéramos a realizar la ordenación del Movimiento trascendentalista del Caribe tendríamos que hablar del: “Manifiesto Trascendentalista” de la revista Alma Latina en 1948 por Félix Franco Oppenheimer, Francisco Lluch Mora y Eugenio Rentas Lucas; la reproducción del “Manifiesto Trascendentalista” en la revista dominicana Surcos en 1949; La poesía contemporánea en Cuba (1927- 1953) de Roberto Fernández Retamar en 1954 y el libro Trascendentalismo e ideología en Puerto Rico (1983) de Luis O. Zayas Micheli. Debemos resaltar que La poesía contemporánea en Cuba (1927-1953) de Roberto Fernández Retamar sitúa el trascendentalismo cubano desde 1927 hasta 1953 con sus obras; además de ir en la búsqueda de los poetas que se establecen en dichos textos literarios. Según lo que se desprende de nuestro estudio de investigación, en términos generales, los grupos trascendentalistas lo conforman los tres grupos de autores dentro de las islas caribeñas, y según se desprende de los textos arriba mencionados. El tema del trascendentalismo en el Caribe todavía no se ha estudiado a cabalidad. Se entiende que esta investigación inicia una aproximación hacia ese estudio. Cuando se habla del tema en la cuenca del Caribe, se encuentra que para el año de 1948 las tres islas caribeñas (Cuba, República Dominicana y Puerto Rico) tienen un vínculo muy fuerte en torno al estudio del trascendentalismo. El Movimiento trascendentalista se presenta en las islas de Cuba, República Dominicana y Puerto Rico de diversas formas. No se ha podido expandir este análisis a las islas de Haití y Jamaica por las diferenciaciones lingüísticas de estas dos últimas islas. Tal vez exista una escaza relación con la producción literaria de las islas de Haití y Jamaica. Se infiere que puedan existir algunas correlaciones literarias entre las cinco islas caribeñas. Félix Franco Oppenheimer (1996), plantea en la revista Horizontes lo siguiente: Es histórica y críticamente cierto, el influjo que ha tenido el movimiento. Es el de más dilatada existencia y resonancia en nuestro ámbito cultural: influyó en las últimas creaciones del gran don Luis Palés Matos, y en la poesía de entonces, que era, en sentido genérico, insubstancial, de preciosismo vacuo y vanidoso, sin una mira ni modelo por alcanzar, no estaba en la vida o solo tocaba un aspecto de ella, quizá el de menos importancia, en su entumecimiento decadentista. La aceptación e influencia no solo se limitó al perímetro isleño ya que, al ser conocido fuera, el Manifiesto tuvo acogida estimulante. Lo reprodujo, en octubre de 1949, la revista dominicana Surcos, que dirigía la poetisa Luz Echevarría. Y un inesperado acicate, entusiasta es el hecho revelador de que, en La Habana, Cuba, surge un grupo con nombre igual a nuestro Movimiento, Los trascendentalistas, que dará luego distinguidos poetas y novelistas. Desde este punto de vista hay que ver las repercusiones que el Movimiento trascendentalista generó en las islas caribeñas. No siempre los pueblos valoran al máximo los estudios culturales y, muchas veces, la cultura se pierde porque no se rescata a tiempo. Esta cita de Félix Franco Oppenheimer es importante porque demuestra que el trascendentalismo se dio en las islas. El trascendentalismo en la cuenca del Caribe involucra un estudio más amplio del que se puede plantear en esta investigación aun cuando las creaciones procedan de diversas causas y males socio— políticos. El trascendentalismo en Cuba Fernández Retamar en la obra La poesía contemporánea en Cuba (1927-1953), plantea y describe el surgimiento de la “Poesía trascendentalista” en Cuba para el año de 1937: Este nuevo movimiento de nuestra poesía surge en 1937, año en que José Lezama Lima publica su poema Muerte de Narciso. Ya que hablamos de cómo Virgilio Piñera señaló, a propósito de esta obra, la aparición entre nosotros de una nueva actitud frente a la poesía: de una nueva generación. El mismo año en que publica su importante poema, Lezama edita Verbum, la primera de las revistas en que se manifestaría la generación; la más importante de aquellas fue, antes de Orígenes, Espuela de Plata. El propio Lezama ha hablado de la «generación de Espuela de Plata», dando así a entender la relevancia de esta publicación en que ya colaboraron Virgilio Piñera, Gastón Baquero, Ángel Gaztelu, Justo Rodríguez Santos y Cintio Vitier. En 1941 Lezama publica su libro Enemigo rumor, obra esencial por la influencia que tuvo en los restantes poetas de este movimiento. La generación se

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