Educar para una nueva sociedad: Razón, Verdad y Esperanza

69 educar para una nueva sociedad: razón, verdad y esperanza I. La fraternidad ¿Dónde está tu hermano? (Gen 4, 8-10). La familia es el espacio de la solidaridad por excelencia, o la “trama esencial de solidaridades”. La familia ha sido tradicionalmente la primera y gran sostenedora de las situaciones de “crisis” o de necesidad: el cuidado de niños y mayores, la atención a los dependientes, el apoyo económico y anímico en el paro, el tratamiento y acompañamiento de los drogadictos y enfermos; la inmigración no hubiera sido posible sin los abuelos que han criado en el país de origen a los niños de quienes marcharon al extranjero en busca de un trabajo y un sustento. La familia es la primera y principal ONG y posiblemente la menos apoyada y “subvencionada “ por el Estado. Es que la historia de toda familia, como primera escuela de “exposición” al otro y red fundamental de solidaridad, es siempre una historia de aperturas y de entregas: de la pareja entre sí y hacia el hijo; la fraternidad entre los hermanos; de la familia conyugal-filial-fraternal a la extensa; del hogar a la escuela y a todo el entorno. No existe realidad social más abierta, ni que impulse con mayor determinación a sus miembros a una apertura “más allá de las puertas de la casa”, a una fraternidad o solidaridad universal, que la familia “bien fundada” 6 . Si la sociedad necesita ciudadanos que estén abiertos al prójimo, este ejercicio de apertura se aprende en casa abriéndonos a los más próximos. En la vida cotidiana familiar es en la que, desde niños, aprendemos que no somos seres aislados que la esencia del ser humano es la alteridad. En la familia resuena constantemente la pregunta de ¿dónde está 6 adroher biosca, s. berástegui pedro-viejo, a. ubeda gómez, j. (Julio – Agosto 2011). “Abrid las puertas”. Sal terrae 607.

RkJQdWJsaXNoZXIy NzUzNTA=