Razones para la esperanza: solidaridad, subsidiariedad y bien común

34 actas del segundo congreso católicos y vida pública demás, en la convivencia. Una ética centrada totalmente en sí mismo deja de ser ética, es un contrasentido. Una ética del egoísmo es antiética. El verdadero valor de adquirir la virtud está en que socialmente los humanos son portadores de una actitud benéfica en la sociedad. Esto es la solidaridad. Una de las razones por la que el ser humano no puede ni pensar en ser totalmente feliz, o alcanzar una total vida buena, es que el sufrimiento humano está presente en el mundo que nos rodea y, sobre todo, a causa de la pobreza y el hambre, provocada por la desigual, inmensamente desigual, distribución de la riqueza en el mundo. Según datos de la FAO –Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura–: “Se calcula que durante el periodo 2011-2013 había un total de 842 millones de personas –alrededor de una de cada ocho personas en el mundo– aquejadas de hambre crónica, es decir, que habitualmente no comen lo suficiente para llevar una vida activa. Esta cifra [y esta es una relativa buena noticia, una de las Razones para la Esperanza, como reza el título de este congreso] es inferior a los 868 millones registrados en el periodo 2010-12. El número de personas subalimentadas ha disminuido en un 17% desde 1990-92”. Hacemos notar que en 2011 la población mundial estaba en 7,000 millones de habitantes, hoy debe estar alcanzando los 8,000 millones. Benedicto XVI refiriéndose a este tema dice en la Encíclica Caritas in veritate : “es necesario que madure una conciencia solidaria que considere la alimentación… como derechos universales de todos los seres humanos, sin distinciones ni discriminaciones… Apoyando a los países económicamente pobres mediante planes de financiación inspirados en la solidaridad, con el fin de que ellos mismos puedan satisfacer las //necesidades de bienes de consumo y desarrollo de los propios ciudadanos, no sólo se puede producir un verdadero crecimiento económico, sino que se puede contribuir también a sostener la capacidad productiva de los países ricos, que corre peligro de quedar comprometida por la crisis” 15 15 Benedicto XVI. Caritas in veritate. Nmro. 27

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