Democracia, Transparencia, Participación y Bien Común

30 actas del cuarto congreso católicos y vida pública por medio de los cuales vastos sectores populares hacen irrupción en la escena pública. En el extremo de este cisma –que admitió según los países muchos grados, variantes y excepciones– estuvo el México gobernado durante siete décadas por una monocracia filo-masónica mientras el 90% de los mexicanos se confesaba católico y el 99% “guadalupano”; lo católico quedaba vedado de los ámbitos públicos, marginado de las instancias políticas, escolásticas, culturales y editoriales... Sólo quienes se demuestren capaces de vivir una connaturalidad afectiva con el propio pueblo y recapitular, repensar y reformular sus matrices culturales e ideales, bregando con realismo, pasióny competencia por sus intereses comunes, pueden tocar sus fibras profundas y ponerlos en movimiento, dando consistencia popular real a las democracias. influjos de la cultura relativista y hedonista Hoy día esa ruptura entre Evangelio y cultura se ha ido agudizando cada vez más. Precisamente, en nuestra época, se asiste a la paradoja de que el derrumbe del comunismo y la victoria del capitalismo liberal han puesto de manifiesto y radicalizado una “crisis de sentido” que sufre sobre todo la cultura occidental. La conclusión de la parábola de los ateísmos mesiánicos –que habían tenido en el marxismo su vértice ideológico y en el socialismo real los primeros Estados confesionalmente ateos de la historia– dejaba paso ahora a un hedonismo agnóstico, relativista, convertido gracias a los medios de comunicación masiva, y sobre todo a la televisión, en un ateísmo libertino de masas. Tal es la ideología dominante de las sociedades del consumo y el espectáculo, en proyección y difusión globales, vehiculada por fuertes poderes mediáticos, cada vez más lejana y hostil respecto a la tradición católica. “Así, Dios queda excluido de la cultura y de la vida pública” 21 . En efecto, se trata del nuevo opio del pueblo, que opera como distracción, confusión y banalización de la conciencia y la experiencia de lo humano. No hace más que socavar la tradición católica de nuestros pueblos, erosionar su temple humano, dificultar una auténtica educación de la persona, multiplicar individualismos invertebrados sin conciencia de pueblo, fomentar el consumo cuando nos es capital crecer en la 21 S.S. Benedicto XVI, discurso citado en Verona.

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