Democracia, Transparencia, Participación y Bien Común

38 actas del cuarto congreso católicos y vida pública común 25 . Es la forma de la caridad que tiene que inspirar la presencia cristiana en instituciones, partidos y otros ámbitos de la vida pública para encauzar las transformaciones y la organización de la sociedad hacia el bien común, combatiendo injusticias y escandalosas desigualdades, emprendiendo reformas competentes y valientes, desterrando la violencia y la mentira, teniendo siempre en mira la efectiva destinación universal de los bienes y una sana ecología humana de convivencia. Por eso, “la Iglesia estima digna de alabanza y consideración la obra de los que para servir a los hombres se dedican al bien de la cosa pública y asumen el peso de las relativas responsabilidades (…)” 26 . Se necesitan dirigentes políticos sobre todo apasionados por el bien del propio pueblo y especialmente por el de los sectores más desfavorecidos, que no antepongan sus intereses personales al bien común, con el “carisma”, talante y experiencia para conectar con la sabiduría, los sufrimientos, las necesidades y esperanzas del cuerpo social, con la competencia que se requiere para el gobierno de sociedades cada vez más complejas, con la capacidad de contar con un cierto juicio sobre la historia presente del propio país, latinoamericana y mundial, con un diseño que vaya más allá de las políticas de pequeño cabotaje, libres de toda tendencia al autoritarismo, con la magnanimidad de quienes buscan mayor justicia y verdad junto a la reconciliación y el perdón, capaces de sumar convergencias ideales e intereses para la mayor implicación, movilización y participación democrática de personas, familias, cuerpos intermedios, fuerzas sociales, culturales y religiosas en la construcción de la nación. doctrina social y proyecto democrático Es necesario, con determinación y urgencia, superar el éxodo, la diáspora y el anonimato de los cristianos en la vida pública, su asimilación mundana, su tendencia al repliegue eclesiástico, mediante una adecuada educación en la fe, un profundo sentido de comunión, un ímpetu misionero, un conocimiento y propuesta creativos de la doctrina social de la Iglesia, y una convergencia de ideales y tensión por la unidad para 25 S.S. Francisco, en entrevista concedida al periodista Henrique Cymerman y publicada en “La Vanguardia”, Barcelona, 13.06.2014. 26 Concilio Ecuménico Vaticano II, Gaudium et Spes, 75.

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