Cristianos en salida, santos del presente

81 cristianos en salida, santos del presente incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-to do-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. (Fil. 2, 6-11) Cristo, no solo dejó su centro para salir al encuentro del hombre que se hallaba en las periferias de la vida (tú y yo), sino que su centro, su naturaleza es amar así, despojándose, porque así nos ama Dios Trinidad. Él mismo se hizo periferia, descarte, se quedó en la periferia y allí podemos encontrarlo. De hecho, la Iglesia afirma que existe una presencia de Cristo en los pobres (en las periferias existenciales) así como existe en los sacramentos y en la Palabra. De este modo, todo hombre, en él puede encontrar a uno que lo entiende, que comparte su sufrimiento, comparte el rechazo (cfr. Hb 2,18). Esta es la Buena Noticia que hay que llevar a las periferias existenciales y que el papa Francisco nos invita a llevar en primera persona como testigos humildes de este encuentro. Desde esta perspectiva se ve la realidad con ojos distintos; se posee una percepción de los problemas distinta. Por esta razón papa Francisco invita la Iglesia a salir del centro y colocar el punto de vista desde el que juzga e interpretarla historia, desde las periferias. Aquí podría finalizar esta conferencia. Sin embargo, alguien podría decir, pero ese es Jesús, ¿y yo? ¿Cómo hago yo con todos los problemas que tengo para llegar a las periferias? Para responder a esta pregunta se necesita la ayuda de los santos. c. El Espíritu Santo, fuerza para ir a las periferias. La Iglesia. Los santos. Cristo ha venido para arrancar al hombre de esta maldición: vivir para sí, vivir en su centro Porque la caridad de Cristo nos apremia al pensar que, si uno murió por todos, todos por tanto murieron. Y murió por todos, para que ya no vivan para sí los que viven, sino para Aquel que murió y resucitó por ellos. (2Cor 5, 14-15)