El desafío de una educación solidaria

37 el desafío de una educación solidaria es menos importante que dos o más miembros de la sociedad. Esto es simple aritmética: 1 es menor que dos. Recuerden que partimos de que la dignidad original de cualquier persona es tan importante como la de los demás. Por ello, no es ético maltratar o matar a nadie: aborto, guerra, pena de muerte, experimentación en embriones vivos con alto riesgo de muerte, etc. La humanidad no está a mi servicio, sino a la inversa: yo he nacido para servir a la humanidad: “creced y multiplicaos… y henchid la tierra”, y a la vez sabemos que ningún hombre puede ser medio para otro , sino tan solo fin , para ello está la capacitación y el coaching. Por ello no se puede robar ni mentir a nadie. Y ahora entro de lleno en el tema con la siguiente propuesta: Hay que educar para aprender a sufrir, a sacrificarme, a ser el último, no el primero ni el segundo… pero no como resultado de la flojera o de la incompetencia, sino de la entrega , del servicio . Toda educación debe estar presidida por el signo de la ayuda, del subsidio (de todos a los que tiene encomendados, a los subordinados ) para conducirlos al crecimiento sin límite. En caso contrario, seguiremos instalados en el limbo de la mediocridad de las buenas intenciones retóricas y ajenas a la realidad cotidiana. Esto que estoy diciendo no requiere demostración pues debería bastarnos el testimonio de tantos líderes que nos han precedido. Ustedes conocen bien el ejemplo de Dios, de su hijo Jesucristo, de tantos santos proclamados y por proclamar y no me refiero precisamente a los mártires sino a los directivos y a los constituidos en autoridad que deberían figurar en la nómina de los santos sin excepción (y no porque ya lo sean, sino porque deberían serlo salvo que prefieran el relevo dando un paso al costado). Esto no creo que lo veamos todos los que estamos ahora aquí, pero si somos responsables, deberían poder verlo, y dar fe, sus hijos o quizás sus nietos. Volviendo a la raíz, hay que reestrenar la palabra educar . Tenemos que erradicar su uso como sinónimo de sedante, amansador, extintor, tranquilizante, refrescante, protector. Educar es inducir, mostrar, enseñar, ilustrar… es poner en marcha, elevar las competencias al nivel de las virtudes: elementos del camino a la santidad común de todos los laicos.

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