De los desafíos a la esperanza: propuestas de la PUCPR para una nueva gobernanza

24 pontificia universidad católica de puerto rico recientes se ha planteado que existe en la educación exige encaminar a la persona a ser libre, esto es a educar para la libertad. Cada vez se observan signos preocupantes que apuntan a que los procesos educativos no logran formar personas con firme voluntad capaces de enfrentar las tremendas fuerzas como el relativismo, el individualismo y el empeño de sacar a Dios de la vida de las personas. La Instrucción de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la libertad de la conciencia, Libertatis conscientia , alerta, en el Núm. 26, sobre la libertad que se busca en el cristiano, su relación con la Verdad y la voluntad “la libertad no es la libertad de hacer cualquier cosa, sino que es libertad para el Bien, en el cual solamente reside la felicidad. De este modo el Bien es su objetivo. Por consiguiente, el hombre se hace libre cuando llega al conocimiento de lo verdadero, y esto, prescindiendo de otras fuerzas, guía su voluntad”. (Congregación para la Doctrina de la Fe, 1986) Este planteamiento también lo recoge Juan Pablo II en Veritatis splendor , Núm. 61 cuando enfatiza “la madurez y responsabilidad de estos juicios y, en definitiva, del hombre, que es su sujeto se demuestran no con la liberación de la conciencia de la verdad objetiva, en favor de una presunta autonomía de las propias decisiones, sino, al contrario, con una apremiante búsqueda de la verdad y con dejarse guiar por ella en el obrar.” (Juan Pablo II, 1993) El 11 de junio de 2007 el papa emérito Benedicto XVI en el discurso inaugural del Convenio de la Diócesis de Roma habló sobre la urgencia de educar para la libertad. El tema de este Convenio era Jesús es el Señor. Educar en la fe, en el seguimiento, en el testimonio . Destacó el papa “una educación verdadera debe suscitar la valentía de las decisiones definitivas, que hoy se consideran un vínculo que limita nuestra libertad, pero que en realidad son indispensables para crecer y alcanzar algo grande en la vida, especialmente para que madure el amor en toda su belleza; por consiguiente, para dar consistencia y significado a nuestra libertad”. (Benedicto XVI, 2007) Una clave de esta emergencia educativa aparenta ser que hoy, a diferencia de ayer, pensamos que los jóvenes no son capaces de responder a los grandes ideales y retos. A lo largo de más de cinco décadas de formar parte de procesos educativos en el ambiente estoy convencido que, como dijo Benedicto XVI en un discurso en el 2006, “Los

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