Koinonia | 2005-2006

El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia 22 justicia, y estando, de hecho, continuamente acechada por la tentación de hacer prevalecer el interés y el poder, esta razón debe purificarse constantemente. La doctrina social de la Iglesia, con las profundas instancias formativas que le caracterizan, se propone como respuesta a esta exigencia permanente de purificación de la razón práctica. En este punto es oportuno dejar hablar al Santo Padre: «… la construcción de un orden social y estatal justo, mediante el cual se da a cada uno lo que le corresponde, es una tarea fundamental que debe afrontar de nuevo cada generación. Tratándose de un quehacer político, esto no puede ser un cometido inmediato de la Iglesia. Pero, como al mismo tiempo es una tarea humana primaria, la Iglesia tiene el deber de ofrecer, mediante la purificación de la razón y la formación ética, su contribución específica, para que las exigencias de la justicia sean comprensibles y políticamente realizables » [14] . - El Santo Padre afirma que la tarea de la Iglesia, con su doctrina social, en la construcción de un orden social justo, es una tarea mediata que consiste en «contribuir a la purificación de la razón» y en despertar las fuerzas espirituales y morales. ¿A cuáles fuerzas se refiere el Santo Padre? Escuchemos sus palabras: «El deber inmediato de actuar en favor de un orden justo en la sociedad es más bien propio de los fieles laicos. Como ciudadanos del Estado, están llamados a participar en primera persona en la vida pública. Por tanto, no pueden eximirse de la “multiforme y variada acción económica, social, legislativa, administrativa y cultural, destinada a promover orgánica e institucionalmente el bien común ”. La misión de los fieles es, por tanto, configurar rectamente la vida social, respetando su legítima autonomía y cooperando con los otros ciudadanos según las respectivas competencias y bajo su propia responsabilidad. Aunque las manifestaciones de la caridad eclesial nunca pueden confundirse con la actividad del Estado, sigue siendo verdad que la caridad debe animar toda la existencia de los fieles laicos y, por tanto, su actividad política, vivida como “caridad social” » [15] . Muchas gracias. 21 de febrero de 2006 [1] F iel a las autorizadas indicaciones que el Santo Padre Juan Pablo II ofreció en el n. 54 de la Exhortación apostólica Ecclesia in America, el documento presenta, por tanto, «de manera completa y sistemática, aunque sintética, la enseñanza social, que es fruto de la sabia reflexión magisterial y expresión del

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