Koinonia | 2005-2006

La Familia en el Magisterio de Juan Pablo II 75 tienen problemas viviendo las enseñanzas auténticas de la Iglesia viven en una lucha permanente de conversión y que necesitan comprensión en la aplicación e interiorización gradual de las enseñanzas. La Carta a las Familias del 2 de febrero de 1994, escrita trece años después de la Exhortación Apostólica postsinodal, vuelve a retomar los temas más importantes y fundamentales de su magisterio sobre la Familia. El Papa reitera la doctrina de la verdad sobre la familia explicada y defendida por la Iglesia y replantea que la familia es el centro y el corazón de la civilización del amor”. Con tonos proféticos y estremecedores escribe: “Solamente si la verdad sobre la libertad y la comunión de las personas en el matrimonio y en la familia recuperan su esplendor, empezará verdaderamente la edificación de la civilización del amor”. Como si estuviese pensando en Puerto Rico, el Papa dice: “una civilización inspirada en una mentalidad consumista y antinatalista no es ni puede ser nunca una civilización del amor” (13). El Papa identifica nuevas interrogantes sobre la familia y el bien del matrimonio, incluyendo el sexo seguro, los programas de educación sexual auspiciados por el Estado, los equívocos del pro-choice , la mentalidad que trata a las personas como si fueran cosas y el concepto de la felicidad utilitarista y de la libertad sin responsabilidad (14). Las obras del magisterio de Juan Pablo II: El pontificio Consejo para la familia y otras Instituciones dedicadas al estudio del Matrimonio y la Familia Ya Pablo VI había creado una Comisión para la familia el 11 de enero de 1973, tras la turbulencia ocasionada por la mala recepción de la Encíclica Humanae vitae por muchos teólogos, algunos episcopados y muchos laicos que esperaban lo contrario. Pero fue Juan Pablo II el que creó el Pontificio consejo para la Familia por el Motu Proprio Familia a Deo Instituta del 9 de mayo de mayo de 1981. Ulteriormente la Constitución Apostólica Pastor Bonus del 28 de junio de 1988 (artículos 139-141), fue la que específicó ulteriormente los objetivos de dicho Consejo. Los miembros de dicho Consejo son laicos de ambos sexos, sobre todo casados, provenientes de las diversas partes del mundo, apoyados por Consultores expertos de las varias disciplinas que atañen a la familia, a la defensa de la vida y a la paternidad responsable. Dicho organismo está encargado de promocionar la pastoral y el apostolado relativo a las familias, de la aplicación del magisterio y demás

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