Koinonia | 2005-2006

La Familia en el Magisterio de Juan Pablo II 76 orientaciones que le conciernen, para que las familias cristianas puedan cumplir con la misión educativa y apostólica a la que son llamadas. El consejo debe fomentar, apoyar, coordinar los esfuerzos a favor de la vida humana en todo el arco de su existencia, desde su concepción hasta su muerte. Dicho Consejo publica una revista cuatrimestral: Familia et Vita . Actualmente y desde el 8 de noviembre de 1990, ha sido presidido por el cardenal Alfonso López Trujillo. En diversas partes del mundo también se han creado unos institutos dedicados a la teología y pastoral de la familia y el matrimonio. El Instituto Juan Pablo II para el Matrimonio y la Familia fue creado en Roma en el 1981 para fomentar el estudio teológico, filosófico, sociológico y bioético del matrimonio y la familia. Está asociado a la Pontificia Universidad Lateranense. Hoy día hay 10 sesiones del Instituto a lo ancho del mundo que expresan la unidad y a la vez diversidad de la Iglesia: unidad y pluriformidad. El Instituto tiene dos sedes de habla española, una en Valencia, con una Secretaria en Madrid, erigida el 13 de septiembre de 1994, y otra en México, Guadalajara y Monterrey. En el Asia hay uno en Changanacherry, Kerala, India. El de lengua francesa está en Cotonou, Benin, Africa Occidental. Hay otro en Austria, de lengua alemana, y uno de lengua portuguesa en Salvador de Bahía, Brasil. Ambos han sido de creación reciente. Hay dos de lengua inglesa: uno en Washington DC y otro en Melbourne, Australia, este último creado en julio del 2001. En Washington DC, por ejemplo, la Sesión del Instituto, que está asociado a la Catholic University of America, se creó en el 1982 y comenzó sus labores en el otoño del 1988. Ofrece grados Doctorales, Licenciaturas y maestrías para profesionales. Es una comunidad internacional de expertos que enseñan e investigan en un ambiente multidisciplinario temas sobre la familia y el matrimonio. Preparan para la conserjería y el trabajo pastoral, para la investigación y diversos ministerios a favor de la familia. Se inspiran sobre todo en encarnar las enseñanzas del Concilio Vaticano II y del magisterio de Juan Pablo II, en lo que concierne el verdadero conocimiento de la dignidad de la persona humana, iluminado por Cristo (Cfr. GS 22). La vocación de la persona a la comunión interpersonal a ejemplo de la Santísima Trinidad, debe estar en la vanguardia de la Evangelización de la cultura aveniente, que es hedonista, de visión materialista o inmanentista, que sólo admite la lógica de la utilidad tecnológica como principio de acción, y que es sumamente consumerista, con una mentalidad enteramente anticonceptiva y abortista.

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