Koinonía 2006-2007

La familia: lugar de paz y reconciliación 11 usarlos una sola vez: pañales y biberones para niños, pañuelos (kleenex) y toallas, jeringas para inyecciones, vasos, latas de refresco desechables, etc. Lo que ocurre con las cosas está pasando con las ideas. Hoy en día, ideas que parecían luminosas y definitivas, pierden fuerza al poco tiempo. Libros, revistas, películas que muy pronto pasan de moda. Pues eso que pasa con las cosas, las ideas, la política, está ocurriendo también con el matrimonio y el hogar. Hay miedo al compromiso No hay que extrañarse. La mayoría de la gente tiene miedo para tomar una decisión seria. Y los jóvenes también lo tienen ante un compromiso para toda la vida. Se asustan ante una definición tan definitiva. Muchos son capaces de enamorarse, pero muy pocos son capaces de amar sinceramente y recibir amor. No hay conciencia clara de que el matrimonio es una vocación y no un pasatiempo que se puede acabar cuando la pareja le venga en gana. Pablo VI decía: “La fidelidad no es ya la virtud de nuestro tiempo”. El ambiente de ciertos medios de comunicación como el cine, televisión, radio, prensa, revistas, novelas y telenovelas, lejos de contribuir a la unión familiar y al amor de los esposos, lo que hacen es presentar un matrimonio falseado y toda una gama de amores fáciles, cuando no van envueltos en la pornografía. La revolución sexual Quizás sea ésta una de las principales causas de la crisis matrimonial. Del tabú que antes primaba, hemos pasado ahora a la apertura total y descarada. Somos víctimas de un bombardeo diario de campañas anticonceptivas, de pornografía, de condones, de incitación al placer, comercialización del sexo y de la mujer, anuncios, etc. Y todo esto está causando la pérdida de los valores conyugales. ¿Podemos hacer algo ante esta avalancha avasalladora que se nos ha venido encima? Yo creo que sí. Aquí vamos a ofrecer especialmente un remedio: la seria preparación para el matrimonio y el hogar.

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