Koinonía 2006-2007

Educar para la justicia 27 El pasado mes de febrero nos visitó el Cardenal Rafael Martino, invitado ex profeso, desde Roma, para hacer la presentación del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia , preparado cuidadosamente por el Pontificio Consejo de Justicia y Paz. Se trata de un instrumento valiosísimo en orden a conocer mejor el pensamiento de la Iglesia y de ayuda inapreciable en orden a construir un orden social justo. Es instrumento de primer orden para profesores y estudiantes católicos y de todo cristiano comprometido, llamados a ser los agentes del orden social justo. En su primera Encíclica como Papa, Dios es Amor, Dios es Caridad, invita a todos a realizar la tarea de educación de acuerdo al “pensamiento de Cristo” (cf. 1 Cor. 2,16). “El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia que condensa principios de reflexión, criterios de juicio y directrices de acción, es un instrumento privilegiado para llevar a cabo esa tarea educativa, -escribe un comentarista de la Encíclica del Papa-. “Los fieles laicos, prosigue el Cardenal Angelo Scola, que es el aludido comentarista, viven su misión de modo adecuado educándose y educando en la caridad, pero, al mismo tiempo, realizando concretamente la caridad social en las miles de formas que requieren las circunstancias, las situaciones y la creatividad de las personas y los grupos. Suscitan interrogantes, plantean problemas y desafíos, hacen propuestas y prácticas encaminadas a construir la ‘vida buena’ tanto personal como social”. Educar para la acción, educar para la justicia, educar para establecer un orden social justo. De esto es de lo que se trata. Mi pregunta es, si en verdad se forman en nuestras aulas estudiantes comprometidos con la justicia y con el orden social justo. Si de verdad transmitimos el evangelio. Pero quizás debamos preguntarnos, si como Profesores somos los primeros en estar comprometidos con la justicia y con el orden social justo. Y no dudaría en responder que teóricamente, todos estamos comprometidos. Pero ya no estoy tan seguro si todos podemos decir que lo estamos en la práctica. ¿Dónde está el político católico, comprometido?, ¿dónde el abogado guardián del orden social justo? ¿Dónde el profesional, el médico, el comerciante, el banquero, comprometidos con el evangelio, con la fe, con la doctrina, con el Magisterio de la Iglesia? ¿Dónde está el profesor universitario católico dispuesto a defender la fe, fiel a la verdad, abanderado del evangelio? El ejemplo de María, cuya fiesta de la Asunción a los Cielos celebra la Iglesia mañana y que hoy hemos adelantado, debiera animarnos a seguir

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