Koinonía 2006-2007

Educar para la justicia 28 el ejemplo de la que habiendo sido escogida para ser Madre de Dios, no tuvo a menos el visitar a su anciana prima Isabel, que estaba ya de seis meses para tener un niño. Del conocimiento tenido por medio del ángel, pasa a la acción caritativa poniéndose en camino de inmediato. A veces pienso si a muchos cristianos no les falta pasar de la teoría a la práctica, del mero conocimiento a la acción. Como que tenemos miedo de bajar a la palestra. Como si la fe consistiera en el mero conocimiento de algunas verdades, pero sin incidir en la conducta, como si no tuvieran que ver con el quehacer de cada día. Nos quedamos con la fe de niño, sin llegar a la madurez de una fe adulta, comprometida, coherente. Es como si lo que se enseña o aprende en las clases nada tuviera que ver con la profesión que se que va a ejercer. Se han formado buenos profesionales, pero ¿se han formado en verdad profesionales católicos prácticos? ¿Se está en verdad educando para la justicia? Esta es la pregunta que debiera plantearse al comienzo de un nuevo curso, y ojalá que se pudiera responder afirmativamente al final del curso. María Asunta al Cielo, bajo cuya mirada maternal damos inicio al nuevo curso, sea en todo momento acicate y estímulo para alcanzar altas metas, construir un mundo social más justo, y anhelar llegar un día al reino de la justicia y del amor sin límites. Homilía pronunciada en la iglesia de Santa María Reina, en la Misa de Apertura del Año Académico 2006-2007 de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, 14 de agosto de 2006

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