Koinonía 2006-2007

Los Evangelios: ¿un testimonio creíble? 46 da acerca de lo que había ocurrido a los vigilantes es muy semejante, si no igual, porque Mateo nos dice que quedaron como muertos y la palidez o blancura es típica de los muertos. Por lo tanto, la información que nos da Juan es la misma. Los vigilantes, ante los hechos que habían ocurrido, quedaron impactados de tal madera que quedaron como muertos, pálidos, blancos del susto. Conclusiones No me voy a detener ahora en otros ejemplos. Si hacemos un estudio detallado de los Evangelios, observaremos que detrás del texto griego hay efectivamente todo un sustrato semítico. ¿Qué consecuencias se saca de esto? Pues, que estos Evangelios fueron escritos en arameo; y si fueron escritos en arameo, quiere decir que fueron escritos para hombres que hablaban arameo: los habitantes de la zona de Palestina y un poco del norte de Siria. ¿Qué quiere decir? En primer lugar, que fueron escritos mucho antes de lo que se suele pensar porque la comunidad palestinense, por las referencias que tenemos de Eusebio de Cesárea y otras informaciones que nos han llegado por otros historiadores cristianos, prácticamente desaparece, emigra con ocasión de la Guerra Judía que empieza en el ano 66 y termina en el año 70. Por lo tanto, hay que suponer que estos Evangelios fueron escritos antes de esa fecha. A nuestro entender, por los estudios que hemos hecho y por unas referencias que encontramos en las Cartas de Pablo, al menos Marcos y la fuente de Dichos hay que situarlos antes del año 40 y Lucas hacia el año 50. Estamos por lo tanto, ante testimonios enormemente cercanos a los acontecimientos que narran. Por otra parte, estos Evangelios no solamente fueron escritos en la lengua original de Jesús y por lo tanto, para una comunidad contemporánea a Jesús; sino que lo más interesante es que estos Evangelios fueron escritos cuando vivían los testigos oculares no sólo cristianos, sino no cristianos. Es muy importante percibir que las afirmaciones que hacen los Evangelios, las hacían originalmente en un mundo judío, donde, si hubieran sido una invención, se acusarían a los cristianos de falsarios. En la literatura rabínica se acusa a Jesús de blasfemo, de hereje y a los cristianos también de heréticos, pero nunca se les acusa de falsarios. Nunca se dice que han inventado; que lo que han escrito o lo que afirman ellos es algo inventado de la nada. Insisto que esto es interesante, porque también prueba la fiabilidad de estos documentos.

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