Koinonía 2006-2007

Drogas: ¿por qué no? 66 Si el ideal de la vida es el sentirse bien y el pasarla chévere, entonces hablémonos claro: será difícil encontrar razones para decir no a la droga. Alcohol, sexo y droga: ¿qué ingredientes más eficaces nos ofrece nuestra sociedad para salir del aburrimiento de una vida que no tiene sentido, con la cual no se sabe bien qué hacer? Es el modo más simple para dar un poco de sabor a una vida sin sabor. ¿Estamos seguros de que el deporte, el cine, la televisión o los videojuegos sean alternativas verdaderamente válidas para vencer el aburrimiento y decir no a las drogas? Y ¿es suficiente advertir a los jóvenes: la droga es peligrosa, te hace mal, te quema el cerebro? Sí, si la vida tiene un sentido. Sí, si la vida está dentro de un designio bueno que hay que descubrir. Sí, si vivir sirve para algo o para alguien. Sí, si hay que cuidar la propia vida, conservar la salud y las propias energías porque hay un ideal grande por el cual vale la pena consumirse. Si no, no. Si todo es nada, si el mundo y la vida no tienen un origen y un fin, si venimos de la nada y hacia la nada vamos, entonces que cada quien, esperando la muerte, se entretenga como pueda, con el juguete que mejor le distraiga. Si el universo entero y nuestras vidas no tienen un sentido no podemos hacer nada para dárselo. Darse metas y objetivos sería un autoengaño y cada quien sería libre de auto-engañarse y auto-ocuparse con lo que quiera. Total, todo sería igualmente inútil. Decía Teilhard de Chardin: “El mayor peligro que puede temer la humanidad de hoy no es una catástrofe que le venga de fuera, una catástrofe cósmica, no es tampoco el hambre ni la peste; es, por lo contrario, esa enfermedad espiritual, la más terrible porque es la más directamente humana de las calamidades, que es la pérdida del gusto de vivir” ( El fenómeno humano, parte III, Taurus, Madrid, 1965, p. 279). La “pérdida del gusto de vivir”: éste es el terrible abismo de la nada que se abre bajo los pies de nuestros jóvenes y la droga es sólo uno de los modos más clamorosos y evidentes con el que la nada los devora. He aquí la segunda cosa que quiero decirles. Quien hoy hace uso de drogas necesita toparse con adultos o compañeros que simplemente hayan encontrado el modo de no renunciar a la búsqueda de la satisfacción de sus deseos más originarios y profundos.

RkJQdWJsaXNoZXIy NzUzNTA=