Un acercamiento a la situación de las personas retiradas en Puerto

60 pontificia universidad católica de puerto rico Por el contrario, los resultados de este trabajo dan cuenta de una situación de precariedad económica entre los retirados encuestados. Así pues, el 49% de los participantes señaló ganar entre $100 y $1,499 netos mensuales. Según las guías para la determinación de la pobreza en los Estados Unidos del Departamento de Salud y Servicios Humanos, una persona sola cuyos ingresos sean iguales o menores a $14,580 anuales ($1,207 mensuales) y un núcleo familiar de dos personas con ingresos iguales o menores a $19,720 anuales ($1,643 mensuales) se encuentran bajo la línea de pobreza (Office of the Assistant Secretary for Planning and Evaluation (ASPE) of the U.S. Department of Health and Human Services, 2023). Se colige, por tanto, de los resultados de esta investigación que casi la mitad de las personas retiradas que participó en el estudio reportaron ingresos que los coloca en los umbrales de la pobreza según el parámetro federal presentado. Tomando en cuenta que el 74.6% de los componentes de la muestra estaba compuesta por mujeres, el retiro pareciera ser una época en la cual se acentúa la pobreza entre la población femenina del país. De hecho, los análisis inferenciales del estudio comprobaron que las mujeres que formaron parte de la muestra presentaban mayores dificultades en los aspectos relacionados con la situación económica de su retiro que sus contrapartes varones. Una explicación posible a este fenómeno pudiera ser la persistencia de una brecha salarial en Puerto Rico entre varones y féminas y del fenómeno del tejado de cristal. En el primer caso, un estudio llevado a cabo por Caraballo-Cueto y Segarra-Alméstica encontró que, una vez se ajustan los datos salariales por razón del nivel de escolaridad de cada género, las féminas puertorriqueñas ganan en promedio menos que los varones. Por otro lado, y en lo tocante al tejado de cristal, hallaron diferencias salariales en los altos niveles de jerarquía en las organizaciones laborales puertorriqueñas por razón del género, particularmente entre personas con hijos (Caraballo Cueto & Segarra Alméstica, 2019). Tales discrepancias salariales pudieran haber tenido efectos negativos a largo plazo en las pensiones de las féminas que formaron parte del estudio y aumentado sus niveles de precariedad económica. En relación con el tema de la precariedad económica de los retirados resulta interesante notar que la mayoría de los participantes apuntó a que su situación económica antes del retiro era buena o regular, pero parecía erosionarse al momento de entrar al retiro.

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