Primavera otoño 2020 (Año LXIII Núms. 122-123)

horizontes@pucpr.edu Año LXIV Núm. 124-125 horizontes PRIMAVERA / OTOÑO 2021 PUCPR 18 destaca la sorpresa, que puede ser de puntuación, verbal, de argumento. Para ser eficaz, la sorpresa de argumento debe estar preparada, atenuada. Sin embargo, las sorpresas repentinas también pueden ser eficaces. Como propios de los cuentos fantásticos, enumera los siguientes argumentos en que aparecen: 1. fantasmas; 2. viajes por el tiempo; 3. los tres deseos; 4. una acción que continúa en el infierno; 5. un personaje soñado; 6. metamorfosis; 7. acciones paralelas que obran por analogía; 8. la inmortalidad; 9. fantasías metafísicas (aquí lo fantástico se da en el razonamiento más que en los hechos); 10. obsesiones del infinito, de la postergación infinita, de la subordinación jerárquica; 11. vampiros y castillos. Clasifica los cuentos fantásticos por las siguientes explicaciones: 1. Los que se explican por la agencia de un ser o de un hecho sobrenatural. 2. Los que tienen explicación fantástica, pero no sobrenatural. 3. Los que se explican por la intervención de un ser sobrenatural, pero insinúan, también, la posibilidad de una explicación natural. 10 Ibid., p. 17. 11 Ibid. 12 Ibid. En Postdata, en 1965, asevera que el cuento fantástico corresponde al anhelo del hombre a lo largo de la vida y de la historia de oír cuentos; es lo que lo satisface mejor, pues “es el cuento de cuentos”, “el fruto de oro de la imaginación”. 10 Para Borges, los procedimientos de la literatura fantástica se pueden reducir a unos pocos. Destaca los siguientes: 1. la obra de arte dentro de la obra de arte; 2. la contaminación de la realidad por el sueño; 3. el viaje en el tiempo; el doble. 11 La literatura fantástica, según afirma, no es evasiva como se acostumbra a tildarla, se vale de ficciones no para evadirse de la realidad sino para expresar una visión más amplia y compleja de la realidad. Toda esa literatura está destinada más a ofrecer metáforas de la realidad –por las que el escritor quiere trascender las observaciones superficiales o pedestres del realismo– que evadirse a un terreno gratuito. 12 Por eso requiere mayor lucidez y rigor, mayor exigencia de estilo que el que copia la realidad, en el cual sí se puede abundar en incoherencias, arbitrariedades y tedio. Tzvetan Todorov define la literatura fantástica como un género 13 en el cual lo fantástico se basa esencialmente en la vacilación que experimenta el lector ante un acontecimiento extraño: cuando en un mundo similar al que conocemos ocurre un acontecimiento imposible de explicar por las leyes de la razón y quien lo percibe debe optar por la solución de que se trata de una ilusión de los sentidos, de un producto de la imaginación, 13 Otros estudiosos no consideran la literatura fantástica como un género. Harry Belevan, por ejemplo, expone varias razones de por qué lo no es. Véase el capítulo VII, Sintomática, 3 , de su Teoría de lo fantástico , pp. 103-107.

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