Revista Horizontes: primavera/otoño 2017 | Año LX Núms. 116-117

45 c- Los diseños experimentales toman en consideración la variabilidad de la fase de intervención, lo cual es importante para determinar los progresos en el cambio de una conducta en una persona o grupo. Igualmente, considera la variabilidad interfaces. En otras palabras, al pasar de la línea base a tratamiento, o viceversa. Además, se miden los casos en que hay una nueva fase de línea base, después del tratamiento, ya que se produce cierta variabilidad que responde seguramente al cambio de la conducta blanco o foco). Por lo tanto, dicha variabilidad se expresará en un cambio de nivel y de la tendencia. Roussos (2007) también encontró otras ventajas en el uso de los diseños de caso único, estas son: 1) Con el uso de los diseños de caso único, hay una evaluación del rendimiento de los clientes o pacientes a lo largo del tiempo y en las distintas condiciones. 2) Los diseños de caso único ayudan a tener control de la intervención. Por ejemplo, las condiciones de línea de base pueden ser controladas; se manipulan las variables independientes a través del retiro y presencia de la intervención. 3) Con el uso de los diseños de caso único, hay una búsqueda de configuraciones intra caso, con el fin de hacer predicciones acerca del comportamiento de la persona bajo un Programa de Modificación Conductual. En resumen, hay que considerar que el diseño experimental determinado para el tratamiento o investigación va a constituir el plan de intervención y de las estrategias que se llevará a cabo para lograr los objetivos del tratamiento con un cliente o paciente. No empece a que el diseño sirve para recoger la información, no se puede dejar a un lado, que se necesita para probar una hipótesis. Por esa razón, es lógico elegir el diseño experimental, luego de tener claro el objetivo terapéutico, la hipótesis y el planteamiento del problema. Conclusión Los diseños experimentales, en particular el diseño de caso único, resultan de gran ayuda en la estructura de los escenarios terapéuticos clínicos, así como educativos, con el único propósito de establecer conclusiones con el rigor de una base científica respecto a las conductas o tratamientos más efectivos para los clientes en diferentes niveles de enseñanza, sin tener que invertir mucho capital. Por lo tanto, dichos diseños de caso único facilitan el evidenciar las prácticas terapéuticas y evaluar la confiabilidad de las técnicas que pueden propiciar mejor los cambios conductuales de las personas que presentan conductas negativas o con algún tipo de trastorno. De esta forma, los profesionales que usen los diseños experimentales de caso único, contribuirían más a levantar datos para ayudar a otros profesionales con la práctica basada en evidencia (Lundervold & Belwood (2000). Al utilizar repetidamente el diseño de caso único, se podrán hacer generalizaciones del éxito de las intervenciones de los profesionales de la salud mental bajo ciertas condiciones, y considerando un rango de circunstancias, las cuales son un medio para probar la efectividad de los tratamientos. Por último, los diseños de caso único buscan, ante todo, lograr cambios conductuales y progresos terapéuticos, lo cual apoyará empíricamente los logros de unos tratamientos específicos. Además, ayudarán a la diseminación la práctica basada en la evidencia, o sea, la base de evidencias corroboradas científicamente en relación a ciertos procedimientos o tratamientos probados rigurosamente (Martínez Taboas, 2014). De esta manera, los diferentes profesionales de la salud como los consejeros profesionales, psicólogos, trabajadores sociales, patólogos y terapistas del habla lenguaje podrán adoptar dichos tratamientos o procedimientos con confianza, y descansar en que el tratamiento sugerido es efectivo (Alberto & Troutman, 2006). Sin embargo, se hace inminente, establecer cuáles son las técnicas terapéuticas más efectivas para llevar a los clientes o pacientes a mejorar sus problemas. Finalmente, este tipo de diseño facilita la credibilidad en relación a los resultados, sin embargo, dependen directamente del tipo de diseño que se utilice y cómo se use el mismo, para poder ser efectivos. Además, la “replicación” es la clave para la generalización (Sanz & García-Vera, 2015). Referencias Alberto, P. A., & Troutman, A. C. (2006). Applied behavior analysis for teachers (7 th ed.). Upper Saddle River, NJ: Pearson Education. Álvarez Balandra, A. C. (2010). El estudio de caso: una estrategia ideal para realizar investigación de procesos de integración educativa. Recuperado de educa.upnmx/index.php?option=com_context&view=a rticle&id=257%3Ael-estudio-de-caso-una-estrategia- ideal-para-realizar-investigacion-de-procesos-de- integración-educativa&Itemid=155 Balluerka, N. & Vergara, A. I. (2002). Diseños de investigación: experimental en psicología . Madrid, España: Pearson Education. Becoña Iglesias, E. & Vázquez, F. L. (s.f.). Metodología de investigación en psicoterapia . Recuperado de www.ametep.com.mx/aportaciones_noviembre_invest igacion06.htm Bono, R. & Arnau, J. (2014). Diseños de caso único en ciencias sociales y de la salud . Madrid, España: Síntesis. Foster, L.H. Steuart Watson, T., Meeks, C. & Scott Young, J. (December, 2002). Single subject research design for school counselors: becoming an applied researcher. Professional School Counseling, 6 (2), 146-154.

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