Revista Horizontes: primavera/otoño 2017 | Año LX Núms. 116-117

73 PUERTO RICO EN GABRIELA MISTRAL Dra. Cynthia Morales Boscio Pontificia Universidad Católica de Chile Introducción: ¿Quiénes fueron los puertorriqueños con los que Gabriela Mistral se sintió tocada y a los que dedicó algunos de sus poemas? ¿Con qué espacios, materialidades y aspectos culturales de nuestra nación se identifica? ¿Cuál fue el efecto de la Isla en su vida? Estas fueron las principales interrogantes que nos impulsaron a reconstruir de algún modo la vivencia de Gabriela Mistral en Puerto Rico y las repercusiones que este cronotopo tuvo en su obra. Para esto, nos dimos a la tarea de ojear las cartas, los artículos, las ponencias, la prosa, y la poesía que Gabriela Mistral dedica a Puerto Rico. Con estos materiales, obtuvimos un espectro más amplio de su transcurrir y su sentir en la Isla. Esta visión global nos permite introducirnos de modo más profundo en los poemas que en Tala , hablan de Puerto Rico. Nos circunscribiremos a este poemario , porque en él se encuentran la mayor parte de las referencias a Puerto Rico. A través de esta espacialidad abordaremos los rasgos principales de su poética- a saber- el carácter vivencial, la experiencia mística, la visión de la raza en la que incluye a toda América Latina y a su visión mundo novista en el que se da un anhelo de justicia social. Analizaremos los poemas de Tala desde los parámetros de la identidad del sujeto que se nos presenta aquí como una hibridez identitaria y de conformación múltiple en la que su identidad se amplía al espectro latinoamericano. Dos son las pulsiones principales del poemario que se encuentran entrecruzadas: el mundo del individuo y el mundo de la colectividad latinoamericana. En ese mundo de “adentro” se encuentra un sujeto fragmentado de su constitución originaria: la pérdida de su madre y con ella el desarraigo del lugar de su origen. Este resquebrajamiento pondrá en crisis su religiosidad que ahora se traduce en un sujeto en trance, contradictorio y escindido, sintiendo la imposibilidad del arraigo, pero anhelando reunificarse siempre. Ese “yo” en su transitar por los espacios de su errancia palpará intermitentemente el Misterio al que permanentemente querrá religarse. El mundo colectivo, por su parte, coincide con los constantes viajes que hará que se amplíe el paisaje y que busque los trazos de su identidad difuminada en estas nuevas geografías. El peregrinaje transforma al hablante en sujeto de transculturación; en punto de intersección con otras culturas. Desde esta perspectiva, se asume como un “nosotros” de identidad abierta y expansiva en donde lo que interesa es la traslación a otros lugares y paisajes más allá de aquella identidad originaria. En su descubrimiento de esa identidad mestiza incluirá también a Puerto Rico. En los poemas “Mar Caribe”, “Beber”, “Agua” y “Gracias en el Mar” abordaremos cuatro aspectos principales de la identidad constitutiva del sujeto en la espacialidad puertorriqueña: la materialidad, la otredad y la cultura pertenecientes a la cara externa de la constitución del sujeto; y un hacia adentro singular perteneciente al espacio afectivo de la vivencia interior que -en el caso de la poética de Gabriela Mistral- va indisolublemente ligado a la Otredad existencial y metafísica. Desde la perspectiva de ese afuera identitario trabajaremos principalmente bajo los parámetros que apunta Jorge Larraín en El concepto de la identidad. Para referirnos a la visión interior del sujeto utilizaremos como telón de fondo La poética del espacio de Gastón Bachelard, en el que se analiza al sujeto como morada de sí mismo en cuyo acceso se llega al no-tiempo del origen. Sujeto Textual Real: Gabriela Mistral en Puerto Rico Antes de analizar cómo la puertorriqueñidad influye en Gabriela Mistral, es preciso, cartografiar su presencia en la Isla para tener un referente más claro de la relación que une a la tierra y a la escritora. Gabriela Mistral, había iniciado sus relaciones con Puerto Rico para el año 1927 cuando entra en contacto con Doña Isabel Andreu de Aguilar, miembro de la Junta de Síndicos de la Universidad de Puerto Rico. Visita formalmente la Isla en 1931 para dar el discurso de graduación de dicha universidad. Ese año, por asignación de Pedro Albizu Campos , Inés María Mendoza la acompaña en un recorrido por la Isla. De ese viaje nace “Elogio de las Antillas”, texto en prosa en que da cuenta de la belleza de Puerto Rico. Vuelve a Puerto Rico en 1933 y se queda de enero a junio para impartir dos cursos de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Puerto Rico. Durante este tiempo tiene la oportunidad de relacionarse con los intelectuales de la Generación del Treinta. De estos encuentros conoce a Elsa Fano y a Evaristo Ribera Chevremont, entre otros. De las amistades creadas en la Isla, destaca la que tuvo con Margot Arce con la que siempre mantuvo contacto. También resalta Consuelo Saleva. Esta fue su secretaria mientras estuvo en Puerto Rico, y luego la siguió asistiendo en otros países a los que viajaba. A ella le dedica el poema “Flor del aire”. Este año también dio el discurso de graduación en la Universidad de Puerto Rico y se le otorgó un Doctorado Honoris Causa. La Legislatura Insular la declaró Hija Adoptiva de Puerto Rico. El sentimiento de acogida que siente en su paso por la Isla, la lleva a pronunciar que “no hay americano efectivo con la ignorancia de la tierra caliente” . De este espacio afectivo dará cuenta en los poemas que aquí analizamos. Su visión de mundo en referencia al cronotopo puertorriqueño El poema que mejor resume la visión de mundo que el hablante lírico tiene de Puerto Rico es “Mar Caribe”. Aquí, nos conduce por el territorio puertorriqueño para mostrarnos su identificación con él en términos vivenciales y políticos. En primera instancia hace una descripción física de la Isla desde la

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