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mujer: cinco roles en la sociedad actual puertorriqueña
En esta línea de pensamiento, surgen nuevos conceptos para
atender y promocionar la salud de las mujeres. Esta propone estrategias
concretas, desde una perspectiva centrada en el desarrollo humano y en
la promoción de nuevas prácticas de vida y salud. La vida se entiende
como el proceso de bienestar que amplía la mirada a todas las categorías
que le hacen posible a la mujer una vida humana en buenas condiciones.
Entender la salud integral de la mujer es comprender que sus problemas
adoptan formasdiferentes en lasdiversas etapasde suvidayen lasdiversas
manifestaciones sociales. Por ejemplo, en algunas partes del mundo,
las mujeres pueden morir por no tener acceso a los servicios de salud.
Mientras, en otras partes, pueden sufrir por exceso de medicalización
o el uso inapropiado de tecnologías ultramodernas. Atender a la mujer
en el marco de las necesidades humanas fundamentales implica la
incorporación de algunas prácticas y conceptos como:
1. Reconceptualizar la salud y el proceso de salud - enfermedad.
Esto se podría entender como bienestar, como sensación
y percepción placentera y agradable; como garantía de una
sobrevivencia digna. Lo que coincide con el concepto integral
de salud que tienen las mujeres, concepto desarrollado por ellas
mismas en la investigación Mujeres y salud (De la Cuesta, 1995).
Estar saludable es estar contenta, feliz, sin dolores, optimista,
con ánimos, estar aliviada.
“Por ejemplo, yo me siento muy bien,
con muchos ánimos, con muchas cosas positivas, cuando yo veo que
las cosas me están saliendo bien, digamos pues que en mi trabajo,
en mis compromisos, en todas las labores que tengo no existen
problemas con nada ni con nadie, me siento plena”.
Para ellas, la
salud es un proceso social que tiene que ver con el sentir y las
posibilidades de hacer cosas. Desde esta perspectiva, la salud
abarca un conjunto de elementos necesarios para poder sentir
bienestar y desempeñar un rol social.
2. Reconocer a la mujer como un ser integral. Una mirada
totalizante de la mujer trasciende la mirada del cuerpo femenino
como reproductor biológico, y lo ve como una persona con
múltiples roles y con diferencias de género asignadas por la
cultura. Diferencias que le han imprimido unas características
específicas en cuanto a sus condiciones de vida y salud. Además,
mira a la mujer no como un cuerpo que padece (paciente), sino