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maría libertad gómez: la mujer constituyente
como un símbolo de aquellas nobles mujeres y del alcance político
de su brega, el de la ilustre matrona, educadora e intelectual brillante
doña Ana Roqué de Duprey, que Dios le concedió la satisfacción de
ver coronados sus anhelos y los de sus compañeras en las elecciones
de 1932, cuando por vez primera se abrieron los colegios electorales
para recibir las papeletas de votación, igual que las de votantes
masculinos, de manos femeninas, que agitadas por emociones justas,
las depositaron como trofeos de la primera conquista obtenida.
“Humilde y reverentemente, ofrezco la oración de gratitud de la
mujer puertorriqueña, al recuerdo de las que pasaron a la eternidad,
y envío mi saludo fraternal a las que viven. Y no estaría la expresión
de gratitud completa si no hiciera extensivo este reconocimiento a los
hombres que en la Legislatura de Puerto Rico tremolaron la bandera
de conquista para la mujer puertorriqueña, y unos defendiendo con
calor la idea, y otros votando a favor del proyecto, escribieron una
página gloriosa en la historia de Puerto Rico. Unos nos abandonaron
en el viaje a lo eterno; otros siguen junto a sus compañeras, luchando
por lo que creen mejor para su pueblo, y algunos de éstos se sientan
en esta Asamblea Constituyente, recibiendo directamente de labios de
una mujer la expresión de justicia que merecen en reconocimiento de
concedernos la franquicia electoral.
“Otros derechos ha ido rescatando la mujer puertorriqueña,
que va subiendo una jalda, que a veces se torna llevadera, por la
comprensión de algunos de vosotros, y otra muy empinada, porque
no os detenéis a analizar lo que está haciendo vuestra compañera en las
actividades cívicas, y en todos aquellos sitios donde se va abriendo paso
por su responsabilidadmoral yde trabajadora incansable, simbolizando
la mujer fuerte de que nos habla el Evangelio. En las ciencias, aun las
que necesitan de más devoción y pensamiento, en las artes y en los
difíciles problemas administrativos y de otra índole, la mujer triunfa.
¿Por qué, pregunto yo, se nos vedan otros campos? ¿Por qué pregunto
yo, no puede ser la mujer una auxiliar del hombre en juzgar en la gran
institución del jurado, si como juez y en otras actividades de la justicia,
ha demostrado su solvencia moral y su responsabilidad pública?
“¿Por qué no igualar los derechos de vuestras compañeras con