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mujer: cinco roles en la sociedad actual puertorriqueña

todo el mundo. Para él, la mujer ha sido “despreciada en su dignidad,

olvidada en sus prerrogativas, marginada y reducida a la esclavitud”. Por

otro lado, el Papa también exhorta a la humanidad a asumir la actitud de

Cristo en relación con el trato a las mujeres. Nos enseña que debemos

asumir una “actitud de apertura, de respeto, de acogida y de ternura”.

Por otro lado, Mellado (1973), según citado por la Junta de

Planificación de Puerto Rico (1984), estableció que “la sociedad taína

esperaba que la mujer ocupase en el hogar las posiciones de esposa y

madre.” Para los taínos, los roles principales de la mujer incluían las

tareas domésticas, el cuido de los hijos y la preparación de las hijas para

desempeñarse como esposas y madres. A su vez, la mujer era la encargada

de las cosechas agrícolas que la familia necesitaba para su alimentación.

Con la llegada de los españoles a Puerto Rico, “la sociedad española

esperaba que lamujer fuese esposa ymadre, atendiera las tareas del hogar,

cuidara de los niños, resolviera problemas domésticos y trasmitiera a sus

hijas las expectativas que la sociedad tenía en torno a ellas” (Mellado,

1973). A su vez, con la llegada de los esclavos, el rol de inferioridad que

tenía la mujer para ese entonces quedó reforzado.

En términos generales, para finales del Siglo XIX, la sociedad

esperaba “que la mujer fuera esposa y madre, atendiera al esposo, cuidara

a sus hijos, y se ocupara de las tareas del hogar” (Mellado, 1973). Con la

llegada de los norteamericanos a Puerto Rico en el 1898, los roles, tanto

del hombre como de la mujer, cambiaron. Ya que los americanos no

creían en las jerarquías en el hogar, por lo que para ellos, es sumamente

importante que el hombre comparta con la mujer la autoridad del hogar

y las responsabilidades del mismo.

Sin embargo, es en el Siglo XX, cuando la mujer comienza a

prepararse más en términos académicos con el fin de competir en el

mundo del trabajo. Por lo que comparte el mantenimiento del hogar con

su esposo. Para esta época, la sociedad puertorriqueña esperaba “que la

madre cuide, eduque, discipline y aconseje a los hijos” (Mellado, 1973).

Para Cassidy (1984), a las mujeres se les enseñaba desde pequeñas

las siguientes cualidades: “laboriosidad, abnegación, sacrificio, pulcritud,

timidez, fidelidad y paciencia” para afrontar la vida. Estas cualidades