Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico
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El Papa Benedicto XVI enfatizó en su
mensaje a los
participantes del Congreso Internacional sobre la Sagrada
Escritura en el modo de comunicar el Evangelio. Destacó el
Santo Padre que “
La Iglesia sabe bien que Cristo vive en las
Sagradas Escrituras. Precisamente por este motivo, como
subraya la Constitución Dei Verbum, siempre ha tributado a
las Escrituras divinas una veneración parecida a la dedicada
al mismo Cuerpo del Señor (Cf. «Dei Verbum», 21). Por esta
razón, san Jerónimo decía con razón algo que cita el
documento conciliar: la ignorancia de las Escrituras es
ignorancia de Cristo (Cf. «Dei Verbum», 25).
Iglesia y Palabra de Dios están inseparablemente unidas
entre sí. La Iglesia vive de la Palabra de Dios y la Palabra de
Dios resuena en la Iglesia, en su enseñanza y en toda su vida
(Cf. «Dei Verbum», 8). Por este motivo, el apóstol Pedro nos
recuerda que «ninguna profecía de la Escritura puede
interpretarse por cuenta propia; porque nunca profecía
alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres
movidos por el Espíritu Santo, han hablado de parte de
Dios» (2 Pt 1, 20).”
En nuestra Iglesia el sacerdote al recibir el sacramento
del orden sagrado en el grado de obispo es enviado en
nombre de Cristo a enseñar la Palabra de Dios, santificar y
gobernar. La palabra obispo tiene su origen en la palabra
griega epískopos y se refiere literalmente a un vigilante, a un
inspector o guardián. Como se observa esta palabra está
íntimamente relacionada con la función del pastor quien
tiene como cargo vigilar a las ovejas. La Constitución Lumen
Gentium detalla estas funciones como una participación en
el triple ministerio de Cristo. En el número 25 de esta