alocución de s.e.r. carlos cardenal amigo vallejo, ofm
pontificia universidad católica de puerto rico
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de la verdad, de intercambio y comunicación de ideas y opiniones.
Necesitamos de aulas donde se aprendan lecciones éticas
imprescindibles.
La Universidad es uno de estos atrios en los que la pluralidad, en
ideas y en individualidades, representa una de las grandes ayudas
para la formación de las personas, la investigación y, en definitiva,
el bien social de la comunidad. La Universidad, no es sólo el patio de
concurrencia de saberes, sino de personas diferentes por su origen
geográfico, cultura y religión. En principio, a la Universidad se ha
de llegar en busca del saber, y hacerlo en la apertura que ofrece la
libertad para el encuentro con la verdad, con la sabiduría, con el
conocimiento de la ciencia. El pragmatismo, reduce esta admirable
finalidad y hace que la Universidad se convierta en una especie
de taller de capacitación para alcanzar el mejor nivel económico y
social posible.
La Universidad ha de ser escuela para el conocimiento del saber
científico, pero también ejemplo de convivencia y de trabajo
conjunto por buscar la verdad, la ciencia y su aplicación en favor
de la madurez y el progreso del hombre y del bienestar social. La
razón y la inteligencia se esfuerzan en llegar al grado más grande
del conocimiento. Pero la persona tiene también unos recursos y
unas dimensiones de las que no se puede prescindir si se quiere tener
una formación completa. El horizonte religioso, no solamente no
dificulta la libertad de la investigación, de la cátedra y de la escuela,
sino que libera al universitario de esas “paredes invisibles” que le
impiden descubrir la realidad en toda su profundidad y extensión.
Si de esta manera queremos pensar, ha de admitirse también que
la Universidad no puede ser únicamente atrio abierto al que todos
puedan llegar, más allá de diferencias étnicas, religiosas, culturales,
económicas, etc., sino foro donde se intercambien libremente
opiniones y conocimientos, creencias y motivaciones éticas para la
conducta.
Ser universitario no es simplemente el estar matriculado en una
de las facultades de la Universidad. El carácter de universitario
lo definen una serie de actitudes, de disposiciones, de maneras de
pensar y de vivir.
En el momento actual le llegan a la Universidad una serie de
desafíos, que pueden ser estímulos y motivaciones para defender su
propia identidad académica, pero también una especie de virus que
puede dañar los mismos cimientos universitarios.