Table of Contents Table of Contents
Previous Page  8 / 16 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 8 / 16 Next Page
Page Background

alocución de s.e.r. carlos cardenal amigo vallejo, ofm

pontificia universidad católica de puerto rico

8

La sociedad puertorriqueña necesita de la Universidad, pues sin

investigación, sin un estudio profundo y continuado en busca de

la verdad, resulta ilusorio querer adentrarse con cierta seriedad

en un trabajo con futuro. La investigación y el estudio son tareas

inaplazables. En no pocas ocasiones, parece como si se hubieran

unido la ambigüedad y la superficialidad. Afirmaciones rotundas

sin la garantía del dato contrastado, sin la profundidad de una seria

reflexión. A la falta de conocimiento objetivo se une el prejuicio,

que soslaya la verdad comprobada. Si no se sigue ese camino con

fidelidad, veremos el triunfo de lo superficial, lo aproximativo, el

interés partidista, un academicismo de salón que da un valor que no

le corresponde a una teoría sin documentar y, como resultado, un

conocimiento dañado y una verdad prostituida.

Hay necesidad de la reflexión y del pensamiento. Habrá que suscitar

un amplio debate cultural sobre los valores fundamentales en los

que se apoya la dignidad de los hombres. Necesitamos de la teoría y

del concepto, del diálogo permanente, del trabajo del pensamiento.

Tan lejos, desde luego, de una ilustración decadente y sectaria como

de un pragmatismo efímero de resultados inmediatos.

actualidad en continuidad

Si la erosión y la decadencia de los valores morales y religiosos ha

sido grande, no cabe duda que mucho ha de ser el esfuerzo a realizar

para conseguir una verdadera renovación moral y religiosa. Tanto

la capacidad del hombre como la indudable asistencia de Dios hacen

siempre posible la esperanza.

Las dificultades no pueden ser una excusa para abandonar el seguir

trabajando con empeño en el reconocimiento de lo que es justo y

bueno. Porque la enseñanza y la educación son siempre un espacio

privilegiado para la defensa del más incuestionable de los derechos:

el reconocimiento de la persona como un valor inapreciable.

Mas, para ello habrá que unir ciencia y sabiduría. Calidad de

enseñanza en su sentido más amplio y completo. La ciencia es

conocimiento. Y la sabiduría, amor. Y solamente conjuntando

y uniendo, se puede llegar a lo que el hombre merece en justicia:

el derecho a ser y a vivir con la dignidad que como a persona le

corresponde.

“La Universidad encarna, pues, un ideal que no debe desvirtuarse ni

por ideologías cerradas al diálogo racional, ni por servilismos a una

lógica utilitarista de simple mercado, que ve al hombre como mero