presentación de ser mons. félix lázaro martínez, sch.p. obispo de ponce y gran caciller
como parte de los talleres de formación académica | año académico 2013-2014
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con limosnas. Cubren su corrupción con apariencias. Justifican sus
crímenes con monumentos.
Por lo que sus obras quedarás reducidas a la nada.
¿qué decir de la comunicación de la verdad hoy?
Primeramente hay que señalar que el ser humano está hecho para
la verdad. “En la mente del ser humano, según Cicerón, reside un
anhelo insaciable de verdad”. Lo que corrobora San Agustín cuando
escribe: “
Quid fortius desiderat anima quam veritatem?
” ¿Qué desea más
fuertemente el alma que la verdad?
Copio del Diccionario Enciclopédico de Teología Moral: “El hombre,
efectivamente, tiende con todas sus fuerzas a la verdad de la que no
puede prescindir, siendo propio del intelecto buscarla y poseerla
para su nutrición vital. Por tanto, cada hombre tiene derecho a la
verdad sobre lo que pueda interesar a su vida personal o social: él, y
no otros, es el árbitro de su destino temporal y eterno. Fuera de la
verdad el intelecto queda oscurecido y el hombre traicionado en una
de sus exigencias fundamentales.”
Es claro que todo hombre tiene derecho a ser informado de acuerdo
con la verdad. De aquí surge la obligación de comunicar siempre la
verdad. Nadie, a sabiendas, debe propagar la mentira. Comete una
injusticia el que, a sabiendas, propaga la mentira.
Juan XXIII, quien será próximamente canonizado, en su
Radiomensaje del 22 de diciembre de 1960 con motivo de la Navidad,
concretó las exigencias fundamentales de la vida humana y cristiana
frente a la verdad, en los siguientes verbos:
pensar, honrar, decir
y
hacer
la verdad.
pensar la verdad:
La primera disposición es tener, mantener apertura a la verdad estar
abiertos a la verdad, tener sentido de responsabilidad, sinceridad
y recta intención. La apertura a la verdad no siempre es fácil, a
veces puede ser dolorosa, porque supone enfrentarse a situaciones
encontradas. El fraude y el engaño han de ser excluidos de una
información seria y objetiva a la que todo ser humano tiene derecho.
Así como toda clase de manipulación.
Hay que reconocer que la apertura a la verdad exige una actitud
de búsqueda constante y de diálogo humilde y respetuoso y la
determinación a vivir uno mismo coherentemente en la verdad
de su propio ser, lo que no siempre resulta fácil, particularmente