presentación de ser mons. félix lázaro martínez, sch.p. obispo de ponce y gran caciller
como parte de los talleres de formación académica | año académico 2013-2014
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En determinadas ocasiones la prudencia puede recomendar no decir
la verdad a todos, e incluso guardar silencio. Forma parte de lo que
algunos han dado en llamar: “la economía de la verdad”. A veces hay
que buscar el momento oportuno para decir la verdad y el modo de
decir la verdad.
hacer:
La verdad hace conocerse tal cual uno es, si guiada por el amor, de
acuerdo al dicho de San Pablo: “obremos la verdad en la caridad”.
La caridad sigue siendo el alma de la comunicación de la verdad, de
acuerdo a Pascal que decía que “la verdad, fuera de la caridad ya no
es Dios, sino un ídolo que no merece ser adorado”.
Es importante como ya hemos indicado anteriormente que la
caridad, el amor, acompañe a la verdad. La caridad compromete,
tanto el ejercicio de la comunicación de la verdad, como la difusión
de su conocimiento, y la defensa de sus derechos. La caridad requiere,
además, valor e intrepidez.
Valor, por ejemplo, para ejercer la corrección fraterna. En muchas
ocasiones no se tiene el valor para corregir al hermano o amigo por
miedos o temores, o por pura debilidad.
La verdad se debe dar a conocer sin mutilaciones ni adiciones.
conclusión:
Podríamos resumir diciendo que: la comunicación de la verdad
es un deber ético de la persona. Esto significa que, como personas
que se precian de su dignidad humana, tenemos la obligación de
mantener una “actitud de verdad”. No es cuestión de actos aislados,
sino de una postura habitual de verdad, una manera de ser, abierta
a la verdad. Es más, esta actitud de verdad es un deber inherente a
nuestra condición de personas.
La verdad abarca todos los campos, individual y social, político,
cultural, religioso, económico, etc.
La
mentira
nos descalifica como personas.
La mentira se opone a la verdad. Se suele definir la mentira
como: “hablar en contra de lo que uno piensa”. La mentira es
intrínsecamente mala. Por sí misma leve; mas grave, si conlleva un
daño grave a alguna persona.
Tenemos como personas el
deber
de vivir en verdad, es cierto.