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pontificia universidad católica de puerto rico

lucha, de vida y de gobierno se convirtieron en un modo especial de vivir.

Brindaban el regalo del ejemplo. Ejemplo que constituye cultura, porque

permanece y porque crece a pesar de las distancias del tiempo. A veces

guía el quehacer con su referencia, aunque se desconozca su procedencia.

A veces grita y protesta en su silencio. La lección de humildad obligada

por el estudio de las gestas históricas constituye un valor propio para

las generaciones del mañana. Se desprecia lo que no se conoce, y se

subestiman los logros del pasado por ignorar y, a veces, tergiversar las

realidades de su tiempo y su circunstancia.

Esa generación tenía un líder en Luis Muñoz Marín, cuyos pensamientos,

esperanzas, angustias y transformaciones dirigieron al conjunto de

hombres y mujeres que le dieron contenido a su quehacer y fueron eco

de su mensaje por medio de las instituciones y hogares puertorriqueños.

Uno de los actos de justicia por realizar es adjudicarle la responsabilidad

y el mérito ganado a ese grupo de puertorriqueños, porque la historia no

se hace sola y, ciertamente, la experiencia nuestra representa un ejemplo

elocuente de un equipo excepcional sin el cual los programas de ningún

hombre se hubiesen logrado.

Muñoz, de inspiración socialista, veía en la independencia la forma

natural de lidiar con la explotación capitalista, que se manifestaba en el

imperialismo. El imperialismo era, para entonces, una etapa superior

del capitalismo. Esos dos conceptos hicieron crisis en dos momentos

decisivos, pero con una misma realidad: que, aun siendo socialista, él no

era dogmático y tenía juicio propio, el cual se informaba con su vivencia

cercana al pueblo y un intenso sentido de empatía con las clases pobres

de su tierra.

La primera crisis fue el Proyecto Tydings de 1936, en el que se concedía la

independencia a Puerto Rico bajo condiciones onerosas para la economía

y para el pueblo. Es preciso recordar que los eventos políticos, como la

vida de los seres humanos, no se dan en un vacío. El hambre real de

una parte grande de la población y el ingreso per cápita de $141 al año

en 1940 fueron el contexto en el que vivieron las personas y sus ideas.

Ese Proyecto confrontó al socialista con el nacionalista, y su sentido

de responsabilidad con la gente real predominó en Muñoz. Su rechazo

al proyecto Tydings lo distanció de su Partido Liberal, lo enfrentó a su

líder, don Antonio R. Barceló, y se negó a postularse para el Senado