Mensaje del autor
Estimado estudiante:
Hoy inicias un peregrinar por senderos nuevos que representan retos
y oportunidades. Retos para adquirir conocimientos en los diferentes
campos del derecho y destrezas que te han de permitir crecer como
investigador, litigante y jurista. Sobre todo el gran reto es profundizar
tus esencias frente a todas las tormentas que encontrarás en el camino.
Tendrás oportunidades de conocer, en persona y en conferencias,
a personas extraordinarias. Aquellos que han enfrentado la injusticia a
través del derecho y a aquellos juristas que saltaron su tiempo adelantando
causas y luchas de futuro.
Invito tu quehacer en tres direcciones:
Primero:
cultura.
Tus creencias, valores y tradiciones. Un abogado
no es un técnico del derecho, es mucho más. Es un ser con interés de
conocer, de aprender diariamente de su entorno y de los demás seres
humanos. Es un ser que no se limita al derecho en sus inquietudes y
conocimientos. Es un ser que visita museos, conoce de música, deportes,
poesía. Es un ser de valores y estilos propios. Un ser que tiene creencias y
valores cristianos y que respeta a los que no lo tienen. Un ser que “valora
la gente por lo que son y no por lo que tienen”.
Muy pronto te asaltará el sentimiento de que son más las lecturas
asignadas de los que te es posible atender. Sin embargo, para sobrevivir
y vivir, mi consejo es que tengas otras lecturas y rutinas nutritivas que
inspiren y motiven tu ser, te brinden entendimiento y alegría de vida más
allá de lo asignado. Encontré ese amigo leal en las lecturas de biografías
que abrían mi entendimiento y horizontes y me permitían escalar las
empinadas y resistentes jaldas de estudiar materias difíciles para mis