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pontificia universidad católica de puerto rico
economistas proponen que se valore el trabajo doméstico con el fin de
que se incluya en las cuentas nacionales de los países. Sin embargo, la
propuesta de esta investigación es diferente. Se ha valorado el trabajo
doméstico con el fin de que los países, en especial Puerto Rico, tomen
conciencia sobre el trabajo que realiza la mujer en el hogar con el fin
de que reciba alguna remuneración por el mismo. En especial, cuando
la mujer, por decisión propia, permanece al cuidado de los hijos y la
familia. En adición, que se tome en consideración esta comunicación a
la hora de otorgar beneficios a las mujeres, tales como, planes de salud,
compensación al llegar a la edad de jubilación, entre otros. La postura de
la Iglesia Católica plantea que los estados deben crear política pública de
forma tal que el gobierno remunere a las mujeres que decidan dedicarse
al cuido de los hijos y la familia.
Para concluir, según el Departamento de Comercio de los EE. UU.
(2013), en el Censo de 2010 se reportaron 311,397 hogares en Puerto
Rico donde la mujer es la jefa del hogar.
mujer y economía: la feminización de la pobreza
Una de las grandes preocupaciones de la Iglesia Católica son los
pobres. Por lo que más que pobres, la Iglesia los llama excluidos. La
Iglesia hace un llamado para la creación de una Pastoral social que atienda
este mal. En especial pide que:
“…fijemos nuestramirada en los rostros de los nuevos excluidos:
los migrantes, las víctimas de la violencia, desplazados y refugiados,
víctimas del tráfico de personas y secuestros, desaparecidos,
enfermos de HIV y de enfermedades endémicas, tóxico
dependientes, adultos mayores, niños y niñas que son víctimas de la
prostitución, pornografía y violencia o del trabajo infantil, mujeres
maltratadas, víctimas de la exclusión y del tráfico para la explotación
sexual, personas con capacidades diferentes, grandes grupos de
desempleados/as, los excluidos por el analfabetismo tecnológico, las
personas que viven en la calle de las grandes urbes, los indígenas
y afroamericanos, campesinos sin tierra y los mineros (Aparecida,
2007).
Por lo que, la expresión feminización de la pobreza comuenza a