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la convocatoria de una semilla:
fundamentos y dinámicas del desarrollo constitucional de puerto rico
del Partido Autonomista fue furibunda. Sagasta atacó el nuevo nombre
y emplazó a Labra indicando que “descentralización es una cosa, pero
autonomía, en lo político, algo que merme la soberanía de la Nación, no,
jamás».
70
puerto rico entre imperios
El siglo XIX marcó para siempre el fin del Imperio español y el comienzo
del norteamericano. Comenzó con la invasión de Napoleón a España y
terminó con la guerra Hispanoamericana. A lo largo de ese siglo España
perdió sus colonias de América y se desestabilizó su régimen político y
económico. Sus gobiernos cambiaban en promedio de uno por año, y su
riqueza se esfumaba con sus sueños perdidos. Su población emigraba
a lo que le quedaba del Imperio como recuerdo de glorias militares
desvanecidas y como promesa de un porvenir económico mejor que el de
la madre patria.
Puerto Rico y su gente se nutrieron de ese devenir aumentando
radicalmente su población de 150,000 a casi 1 millón de habitantes
durante ese siglo. Desde militares derrotados por Bolívar hasta
inmigrantes huyendo de la pobreza, todos fijaron el rumbo hacia esta
isla. No se escapan las circunstancias políticas de ese entorno migratorio
en tan poco tiempo. La toma de conciencia propia, germinada por Power
y Arizmendi, se opacó por décadas luego de sus muertes y del comienzo
del periodo represivo a partir de 1814. La década de 1860 vio nacer un
despertar de ideas libertarias en España, Cuba y Puerto Rico. El Grito
de Lares, el Grito de Yara y la Revolución Septembrina surgieron como
un clamor de derechos ciudadanos y propios que no se rindieron ante
la dictadura. Ya para el 1867 tres delegados puertorriqueños a la Junta
Informativa de Ultramar –José Julián Acosta, Segundo Ruiz Belvis
y Francisco Mariano Quiñones– habían propuesto la abolición de la
esclavitud causando un gran revuelo en el gobierno español de Madrid.
70
Citado en Trías Monge,
Historia constitucional de Puerto Rico
,
Tomo I
,
supra
, p. 79.