Table of Contents Table of Contents
Previous Page  132 / 196 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 132 / 196 Next Page
Page Background

Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico

130

portadoras de una

guerra de los poderosos contra los débiles

”.

Una

guerra

entre el amor y el odio, la vida y la muerte, la luz y las

tinieblas, la verdad y la mentira, Dios y el príncipe de este mundo, el

bien y el mal.

El Papa Juan Pablo II, testigo creíble del Evangelio, y que podría

decir con San Pablo: He llegado al fin de mi carrera, he combatido

el duro combate de la fe, en las Veritatis Splendor recuerda a los

Obispos la responsabilidad de velar por la fe y la vida de fe del

Pueblo de Dios y de anunciar el Evangelio. “Como Obispos

tenemos el deber de

vigilar para que la palabra de Dios sea

ensenada fielmente

” dice el Papa. Y, específicamente, señala la

responsabilidad particular del Obispo en lo que se refiere a las

instituciones católicas”.

Como universidad, la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico

tiene la misión, fiel al Evangelio y al magisterio de la Iglesia, de

ensenar la verdad. Como Universidad Católica, tiene el

compromiso de defender la verdad. La verdad integra, la verdad

que ilumina: “Vosotros sois luz”. La verdad de Dios, transmitida por

Jesús.

Convencido de que ciencia y Fe, cultura y Teología son caminos

convergentes que conducen a la verdad, una y misma verdad

objeto de la razón y la fe, la cultura y la ciencia teológica, desde

distintas perspectivas, me atrevo a concluir que el principal

quehacer de la Pontifica Universidad Católica consiste en la

búsqueda incansable de la verdad, bajo cualquiera de sus formas

y manifestaciones y el estudio del hombre a la luz de la razón y la

revelación. En otras palabras, el descubrimiento de la verdad con

minúscula, imagen de la Verdad divina, y el descubrimiento de la

Verdad con mayúscula. Es lo que yo llamo el apostolado de la

verdad, llevado hasta las últimas consecuencias: Conocer la

verdad tal cual es, racional o revelada, sin adiciones, pero también

sin mutilaciones, conscientes de que el más pequeño error puede

ser perjudicial a la verdad.

No hay que tener miedo a la verdad, a honrar la verdad, venga de

donde venga, siempre que sea la verdad. La verdad no puede ir

contra la verdad. Honrar la verdad con la firmeza y el valor de

quien está convencido. Honrar la verdad significa ser fieles a sí

mismos, en cada circunstancia; responder en todo momento con el

testimonio de la propia vida, convencidos de ser portadores de la

luz que disipa toda oscuridad.