fundamental, lo que es un muy lamentable error. Si a algo
tenemos que dedicarle el mayor cuidado es a la construcción
de nosotros mismos, a aprender el arte de vivir. Como se trata
en nuestro tema del arte de la vida buena, es que le llamo es-
tética, en cuanto es el arte del bien vivir. Y por otra razón, le
llamo estética, porque en Grecia Platón encontraba que el
bien y la belleza estaban unidos. El bien vivir es vivir
bellamente, la belleza era perfección, o el resplandor del bien,
o como lo dijo el estoico Crisipo, la belleza es la flor de la
virtud. Por eso en nuestro tiempo ha dicho finamente Michel
Foucault que la ética griega era una estética de la existencia.
La estética del alma bella. Al hablar hoy aquí de la estética de
la juventud, la construcción de uno mismo, lo que quiero
decir, si es que logro transmitirlo, es cómo el hombre y la
mujer desde su juventud deben esforzarse por aprender a
construir un alma bella, entendiendo el alma metafóricamente
como todo el ser, y que esta construcción es la más
importante de toda nuestra vida: no se sabe al nacer como
vivir; hay que aprenderlo y practicarlo día a día.
Sin embargo, hay más, mucho más. Este ideario que he
planteado, más filosófico que otra cosa, puede completarse en
los que tienen la gracia de la fe con la cual se añaden en el
bautismo los dones sobrenaturales del Espíritu (en la
confirmación el bautizado recibe al Espíritu en plenitud), que
son otra forma de virtudes que Dios infunde en el alma; no
son resultado del esfuerzo propio, como las virtudes
morales, sino dadas gratuitamente por Dios mismo e
imprimen en el hombre y en la mujer una energía divina que
los mueve cuando se tiene esa docilidad sensible para sentir
la fuerza del Espíritu que orienta la vida cristiana. Entonces el
ser humano va, no a la
eudamonía
o felicidad relativa de los
griegos, sino a la felicidad plena y total que es la
makariotés,
según la denominaba Santo Tomás de Aquino, o
la beatitud (felicidad perfecta o completa y añade, recordando
a San Mateo, “cuando seamos en el cielo como los ángeles”.
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