Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico
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ámbito
ético-filosófico,
no
proporcionando
soluciones
preconstituidas a problemas concretos, sino proponiendo
perspectivas morales fiables dentro de las cuales la razón humana
puede buscar y encontrar soluciones válidas”.
¿Se imaginan la existencia de Dios sometida a votación,
dependiendo si existe Dios o no, del mayor consenso de la
votación?
La revelación cristiana puede arrojar, sin duda, luz sobre
determinados contenidos, como el valor de la vida humana, la
dimensión racional y social de la persona, la conexión entre el
aspecto unitivo y procreativo de la sexualidad, la centralidad de la
familia fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer;
contenidos, que aunque son contenidos de la revelación, lo son
también de la razón humana, pues forman parte de la ley natural.
La revelación los ilumina y enriquece, pero en ningún caso los
inventa u obstaculiza su estudio.
Como Universidad Católica queremos proponer, por el contrario,
desarrollar la capacidad real de profundización en el estudio y en
la investigación, para que se dialogue racionalmente y se
confronte eficazmente sobre las diversas problemáticas, en la
perspectiva de un crecimiento común y de una formación que
promueva al hombre en su integridad y compleción, con una
oferta ideal y práctica de valores y de verdades, de razones
fuertes de vida y de esperanza, que pueda y deba interesar a
todos, sobre todo a los jóvenes.
Al inaugurar el curso 2010-2011 con esta Eucaristía, en honor del
Espíritu Santo, invito a todos los presentes y a toda la comunidad
universitaria a que bajo la acción e inspiración del Espíritu Santo, y
llevados de la mano de la Santísima Virgen María, la educadora
por excelencia, pues tuvo el privilegio de tener como “alumno” a
su hijo Jesús, el divino Maestro de la humanidad, emprendamos
juntos, administradores, profesores, estudiantes y todo el personal
de servicio y mantenimiento, con ilusión y esperanza, dedicación y
entusiasmo, la tarea que el Señor nos encomienda en este nuevo
curso 2010-2011, al que damos inicio, de educar hombres y mujeres
capaces de construir un mundo lleno de luz en el que reine la paz,
la justicia, la bondad y la verdad, cuyo centro sea Cristo, Camino,
Verdad y Vida.