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Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico

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respuesta. Cito de la Carta a los Romanos, 8, 18 - 24:

"En verdad, me parece que lo que sufrimos en la vida presente no

se puede comparar con la gloria que se manifestará después de

nosotros.

Y toda la creación espera ansiosamente que los hijos de Dios

reciban esa gloria que les corresponde. Pues si la creación está al

servicio de vanas ambiciones, no es porque ella hubiese deseado

esa suerte, sino que le vino del que la sometió. Por eso tiene que

esperar hasta que ella misma sea liberada del destino de muerte

que pesa sobre ella y pueda así compartir la libertad y la gloria de

los hijos de Dios.

Vemos cómo todavía el universo gime y sufre dolores de parto. Y no

sólo el universo, sino nosotros mismos, aunque se nos dio el Espíritu

como un anticipo de 1o que tendremos, gemimos, esperando el

día en que Dios nos adopte y libere nuestro cuerpo".

San Pablo habla del destino futuro al que está llamado el hombre,

la plena manifestación de la gloria de Dios, aunque, advierte, esta

perspectiva no elimina el dolor de la peregrinación terrena. En otras

palabras, dice que el hombre vive de la esperanza de alcanzar un

día la plena manifestación de la gloria de Dios, pero mientras tanto

está sujeto a los padecimientos de este mundo. Aunque, añade, lo

que padecemos en este mundo no puede compararse con la

gloria que nos espera.

Asocia, además, la creación a la suerte del hombre. Según San

Pablo, la creación entera participa de los padecimientos del

hombre, pues de alguna manera, dice, ha quedado esclavizada la

creación, no por propio deseo de la creación, sino por culpa del

que la sometió, es decir, por culpa del hombre.

La creación es parte de la historia del ser humano, y su suerte está

relacionada con la culpa cometida por el hombre. La creación

sufre las consecuencias del pecado del hombre. De ahí que la

creación anhele la liberación y gima y sufra dolores de parto.

Ésta constituye la clave con la que podemos descodificar los

misterios de la historia.

Por otro lado, Jesús, quien sufrió los más horribles dolores físicos,

psicológicos y espirituales, es la mejor prueba de que en medio de

los sufrimientos de la humanidad Dios está presente. No podremos