Agradezco la invitación a presidir esta Eucaristía, a quien me la
hizo, y por tratarse de un grupo que defiende y ama uno de los
valores básicos y cimeros de la vida cristiana, como lo es el
matrimonio entre hombre y mujer y la familia cristiana.
Permitidme que subraye la importancia del matrimonio con
palabras del Papa Benedicto XVI, que habla del “valor
extraordinario del matrimonio” y dice de él “que, como institución
natural es patrimonio de la humanidad”. Y añade: “Por otra parte
su elevación a la altísima dignidad de sacramento debe ser
contemplada con gratitud y estupor”.
Y dice más: “El amor y la entrega total de los esposos con sus notas
peculiares de exclusividad, felicidad, permanencia en el tiempo y
apertura a la vida, está en la base de esa comunidad de vida y
amor que es el matrimonio”.
¿Puede decirse mejor y en tan pocas palabras las excelencias del
matrimonio?
Y hablando de la familia la Exhortación Apostólica: “Familiaris
Consortio” no duda en afirmar que “El futuro de la humanidad se
fragua en la familia”, afirmación que es para meditarla.
Afirmación que fue refrendada por Monseñor García-Gasco, en el
Congreso de la Familia celebrando en Valencia, España, con estas
palabras: “Sin la familia no hay un futuro digno del hombre”.
Benedicto XVI habla del evangelio de la familia cuando dice: “Hoy
es preciso anunciar con renovado entusiasmo que el evangelio de
la familia es un camino de realización humana y espiritual, con la
certeza de que el Señor está siempre presente con su gracia”.
Hoy son numerosos los peligros que amenazan a la familia, desde
dentro y desde fuera: vida matrimonial sin matrimonio; hijos sin
amor, y amor sin hijos: amor libre, divorcio, abortos a millones. Y
Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico
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