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Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico

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mide a una persona, no es lo que tiene, sino lo que es.

La Princesa Diana de Inglaterra, murió pocos meses antes de

Madre Teresa de Calcuta. Sin querer emitir juicio sobre nadie, que

eso le corresponde a Dios, se puede decir que Diana de Gales lo

tenía todo. Madre Teresa de Calcuta vivió pobre hasta el final. Han

pasado cinco anos, y ya apenas nadie recuerda a la princesa

Diana, como no sea la prensa amarilla, o quienes puedan tener

algún interés particular. En cambio, Madre Teresa de Calcuta,

quien en el próximo mes de octubre será beatificada, D.m, está

viva, está presente, y su memoria permanece.

Algo similar ha ocurrido con Madre Dominga, la virtud la ha

encumbrado y ojala que pronto podamos aclamarla beata y

santa. Hoy, reunidos para recordar su memoria, elevamos una

plegaria a Dios Padre para que, si es su voluntad, podamos en

breve venerarla en los altares.

En Segundo lugar quiero destacar que lejos de perder vigor la

misión de llevar el evangelio a la familia y la familia a Cristo, hoy

resulta urgente y apremiante el salvar el núcleo familiar. Y que si en

algo tuvo acierto Madre Dominga, es precisamente por haber

puesto el dedo en la llaga y haber señalado la importancia de la

familia dentro de la sociedad.

Decía Arquímedes, dadme un punto de apoyo y moveré la tierra.

Yo me atrevo a decir que la raíz principal de los males que afectan

hoy a nuestra sociedad, está precisamente, en el

desmoronamiento de la familia. Empezando por el matrimonio,

matrimonios de hecho, matrimonios de parejas del mismo sexo, y

siguiendo por la práctica del aborto, al que ahora se le quiere

camuflar bajo el titulo de “salud reproductiva”, de la clonación, del

uso del condón, del abuso de los anticonceptivos, etc., el producto

lo tenemos a la vista: centenares de muchachas de escuela

superior embarazadas, crímenes y masacres familiares como a la

que estamos asistiendo en el pueblo de San Sebastián. Hay que

salvar la familia, hay que evangelizar la familia. Este es el punto de

apoyo, si queremos salvar la sociedad.

A los diez años de su muerte, quiero rendir un merecido homenaje

a esta intrépida mujer, puertorriqueña, que amó a su pueblo, y le

señaló el camino a seguir: restaurar la familia en Cristo.

Y un tercer lugar, quiero destacar una de las devociones favoritas

de Madre Dominga, el rezo del santo rosario, que tanto ha