Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico
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persona humana.
No debe pasar por alto una consecuencia inmediata de la
dignidad de la persona humana: la dignidad intangible de la
sexualidad, inscrita en el ser humano, creado a imagen y
semejanza de Dios, varón y mujer, y que debe ser entendida desde
la vocación de la persona al amor.
La dignidad de la vida humana exige que su transmisión se dé en el
ámbito del amor conyugal. La banalización de la sexualidad
conlleva la banalización de la persona. El uso de las facultades
sexuales adquiere su verdadero significado en el matrimonio
legítimo e indisoluble de un hombre con una mujer, abierto a la
vida, que es fundamento de la sociedad y el lugar natural para la
educación de los hijos.
El educador católico esta así mismo llamado a defender la vida, a
ser un apóstol de la vida, consciente de que la vida humana se
inicia en la concepción y tiene su fin en la muerte natural. El aborto
y la eutanasia son acciones gravemente lesivas de la dignidad
humana y opuesta a las enseñanzas de Cristo. El amor de Dios no
hace diferencia entre el recién concebido, aún en el seno de la
madre, y el niño o el joven o el hombre maduro o el anciano.
Conscientes de que no es fácil en la sociedad pluralista y hedonista
en que vivimos, hay que mantenerse firmes y evitar ser de alguna
manera salpicados por teorías y tendencias contrarias a las
propuestas por el Magisterio de la Iglesia. Esa es precisamente la
misión de la escuela católica y del educador católico, defender la
verdad, ser cooperador de la verdad y enseñar los valores
fundamentales de la vida y del evangelio.
No nos engañemos, los Gobiernos, bajo la capa de separación de
Iglesia y Estado, pisotean y denigran la dignidad de la persona
humana y los derechos humanos, cuando colocan a la persona
humana al servicio del Estado, en lugar de ser el Estado el que sirve
a la persona. Y con más frecuencia de lo que imaginamos.
¿No es contradictorio, que una muchacha sea acosada y
castigada si abandonó su bebe, recién nacido, en un zafacón o en
la calle publica, y no pasa nada si aborta su hijo en su vientre? Me
pregunto, ¿Cuál es la diferencia entre el niño que la madre dio a
luz y abandonó, y el niño que ha sido abortado sin ver la luz del
día?