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Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico
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Hoy la sociedad, esta sociedad puritana en la que estamos
viviendo, se rasga los vestidos y pone el grito en el cielo cuando un
padre dispara dos tiros sobre su hijito indefenso, o lo lanza contra el
piso, y sin embargo calla vergonzosamente e incluso legitima los
miles y millones de asesinatos y la violencia que se cometen con los
niños que nunca llegaron a nacer. ¿Acaso no eran seres humanos,
personas humanas, como los niños que vieron la luz? ¿Cuál es la
diferencia entre un día antes y un día después?
Hay mucho puritanismo, se da mucha hipocresía, existen Herodes
modernos que necesitan ser desenmascarados. Quizás alguno
piense que es más fácil seguir la corriente del mundo y no crearse
problemas.
Pero esta es la misión del educador católico: Ser testigo de la
verdad, cooperador de la verdad, enseñar la verdad. Es lo que
hace la diferencia entre el que lo es y el que lo aparenta.