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Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico

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Domingo veintisiete del Tiempo Ordinario. La liturgia y las lecturas

son las propias del domingo. A continuación de la homilía

tendremos la ceremonia de la instalación de un lector y dos

acólitos, de tres seminaristas del Seminario Regina Cleri de Ponce,

para previo al sacerdocio.

Jesús da, precisamente en el evangelio de hoy toda una cátedra

de la actitud que debe tener el siervo, en este caso el servidor del

Señor. Lo que Jesús pide es una actitud de profunda humildad, de

desprendimiento de uno mismo, de no tener pretensiones: sólo así

podrá hacer espacio el discípulo a lo que le ordene su Señor. El

Señor se complace en los pequeños, en los humildes, y el discípulo

es preciso que se acepte como pequeño, pobre, insuficiente e inútil

ante la gran tarea que Dios le confía. El Señor quiere que no nos

creamos importantes e indispensables en el Reino. En realidad Él es

quien obra. Que si le servimos es por pura gracia suya. “Somos

siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”.

Esta es la lógica de los santos. Si venimos a ver, Dios escoge lo

sencillo, lo humilde: María, la esclava del Señor, Francisco de Asís,

Teresa de Calcuta, Teresa del Niño Jesús, cuya fiesta celebramos el

primero de octubre, Faustina Kowalska, a la que hoy queremos

honrar adelantándonos al martes 5 de octubre día en que la Iglesia

celebra su fiesta. He citado estos santos como botón de muestra de

lo que estamos diciendo. Pero podríamos enumerar todo una lista

interminable.

Santa Faustina Kowalska, Jesús la escogió para ser su secretaria y

apóstol de la divina Misericordia, haciendo alarde de escoger una

vez más entre los pequeños y sencillos de este mundo.

Este año se cumplen diez años de la canonización de Santa

Faustina Kowalska. Estas fueron palabras que en tal ocasión tuvo a

bien pronunciar el Papa Juan Pablo II de feliz memoria: “Y tú,

Faustina, don de Dios a nuestro tiempo, don de la tierra de Polonia

a toda la Iglesia, concédenos percibir la profundidad de la