124
pontificia universidad católica de puerto rico
de la pasión súbita y del juicio pasajero, y, siendo tan alto el fin que ellas
cumplen, el procedimiento para enmendarlas debe ser lo suficientemente
difícil como para invitar al análisis sereno y cuidadoso.
Por otro lado, las constituciones deben corresponder fielmente a la
realidad social que sirven. Disparidades iniciales profundas, entre la
realidad y el documento, o la incapacidad de una constitución para
crecer con la sociedad a la cual rige llevan, inevitablemente, al deterioro
de la constitución y a su abandono. Toda constitución debe contener
el mecanismo necesario para responder a cambios fundamentales en el
medio social. Si bien el procedimiento para enmendar la constitución
debe ser lo suficientemente rígido para impartirle estabilidad a la
constitución y distinguirla de las leyes ordinarias, el procedimiento a su
vez debe ser lo suficientemente flexible para que la constitución pueda
ceder ante una opinión pública informada y consciente y continuar así
reflejando los postulados esenciales de vida de la comunidad.
200
El procedimiento de enmiendas adoptado estuvo muy cerca de recibir
un golpe mortal de parte del Congreso de los Estados Unidos. El ataque
lo generó el senador Olin Johnston, de Carolina del Sur, quien era muy
amigo del empresario americano Leonard P. Long. Este construyó miles
de viviendas y cuatro edificios en Puerto Rico. Anteriormente, Muñoz
había usado esa relación para ayudar al País.
201
Una controversia sobre la negativa del Gobierno a concederle a Long una
exención contributiva por la construcción de la urbanización de Puerto
Nuevo llevó a una declaración de guerra entre el empresario y Muñoz.
En dicha controversia el exgobernador Piñero sería una víctima del fuego
cruzado.
202
Long le pidió a su amigo Johnston que se vengara de Muñoz,
y la Constitución de Puerto Rico fue el campo de batalla. Cuando esta
se discutió en el Senado de Estados Unidos, Johnston propuso primero
una enmienda para disponer el término del gobernador en cuatro años e
impedir su reelección, lo que descalificaba a Muñoz por haber sido elegido
200
Diario de sesiones de la Convención Constituyente
,
Tomo IV
,
supra
, p. 2559.
201 Véase la carta de Luis Muñoz Marín a Jesús T. Piñero de 26 de agosto de 1946 en Héctor Luis Acevedo,
editor,
Jesús T. Piñero, el hombre, el político, el gobernador,
supra
, p. 405; y en ese mismo libro, Aníbal Sepúlveda
Rivera,
Viejos cañaverales, casas nuevas: Muñoz versus el síndrome Long
, pp. 163-191. Carlos Zapata Oliveras,
Luis Muñoz Marín, Estados Unidos y el establecimiento del Estado Libre Asociado de Puerto Rico (1946-1952),
supra,
pp. 407-427, 449-489.
202 Héctor Luis Acevedo, «Historia de un nombramiento que cambió la historia», en
Jesús T. Piñero, El hombre el
político, el gobernador,
supra
, pp. 51-52.