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pontificia universidad católica de puerto rico
secular que trastoca las más profundas convicciones de la mentalidad
occidental, transmutando sus raíces greco latinas. Y si lo recuerdo
en esta ocasión, es porque así lo he reiterado, por lo menos en cuatro
de mis libros. (
¿Qué es Filosofía. El hombre y su mundo
(1985): Cincel,
Madrid.
Para comprender la Filosofía como reflexión hoy
(1994): Verbo
Divino, Estella, Navarra.
La Experiencia como argumento
(2007):
Síntesis, Madrid.
Historia de la Filosofía
(2009): SM, Madrid).
La difusión del cristianismo, motivo de fe para el creyente, se
convirtió en fuerza motriz que, desde la antigüedad, rehízo todos
los cánones cosmológicos y antropológicos anteriores, con la
introducción de esenciales y originales innovaciones que ninguna
otra doctrina religiosa o complejo sapiencial hizo llegar a la Historia
de la Humanidad. Contemplada a su trasluz, la diacronía cultural
nos enfrenta a una evidencia:
del cristianismo proceden las motivaciones
más influyentes en la racionalización del mundo, los progresos del respeto a la
libertad, la atención a los más débiles y necesitados, a partir de la convicción
fundamental según la cual
las personas no tenemos precio sino dignidad.
Que el mensaje de la revelación judeocristiana sea aceptado por
el creyente como don sobrenatural de Dios por la virtud de la fe, tal
certeza en nada aminora su potencia humanística, hasta tal punto que,
bajo su influjo, las sociedades occidentales han ido experimentando
progresivas y beneficiosas transmutaciones en la forma de interpretar
el mundo, valorar la vida y promover la práctica de relaciones humanas
reguladas por las exigencias del respeto mutuo. Es una totalidad
constituyente de nuevas formas de pensamiento y acción, que excede
los signos y previsiones del más depurado clasicismo grecorromano.
Estos grandes hitos o supuestos culturales, en fin, la nueva
cosmovisión
que el cristianismo introdujo en el tejido intelectual y social
de occidente, los compendiaré bajo los siguientes enunciados.
1) Ontología creacionista -
En primer lugar, el cristianismo enseñó
y divulgó una novedosa interpretación de la totalidad de la
realidad, al situar la causa eficiente y su principio ontológico, no
en el caos mítico de los griegos, sino en la acción amorosa y libre
de un ser trascendente al mundo. Dicho en términos filosóficos:
el cristianismo propone una ontología creacionista que nos eleva
a hijos de Dios, por lo que debemos estar filialmente agradecidos.
Si un caos preexistente era el inexplicado presupuesto griego para