Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico
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Esta es una mañana especial, de gracia, de alegría de Espíritu
Santo, de Pentecostés. Decenas de jóvenes, muchachos y
muchachas, van a culminar la iniciación cristiana con el
sacramento de la confirmación. Van a culminar lo que iniciaron en
el bautismo. Allí recibieron la gracia, fueron hechos hijos de Dios,
recibieron el Espíritu Santo, y entraron a formar parte de la Iglesia.
En el Sacramento de la Confirmación reciben la plenitud del Espíritu
Santo, por eso se llama el sacramento del Espíritu Santo. Van a ser
marcados en la frente con el crisma del Espíritu Santo. El Obispo les
llamará por su nombre a cada uno, y los ungirá en la frente con el
santo crisma, a la vez que les dirá: por esta señal, recibe el Don del
Espíritu Santo, y quedarán marcados para siempre. Donde quiera
que vayan o estén, quedarán marcados con el sello del Espíritu, a
imitación de Cristo, el ungido por excelencia.
Ungido en griego se dice cristós, por eso se llama a Jesús el Cristo, el
ungido; Jesucristo: Jesús, el ungido; fue ungido por el Espírito Santo.
Los Evangelios narran cómo después de haber sido bautizados por
Juan en las aguas del Rio Jordán, al salir del agua, se abrieron los
cielos y el Espíritu Santo en forma de paloma descendió sobre Je-
sús, quedando lleno del Espíritu. En hebreo decimos el Mesías.
Pero ¿Qué significa que hemos sido ungidos con el Espíritu Santo,
que hemos sido llenos del Espíritu Santo? ¿Qué papel juega el
Espíritu Santo en la vida del cristiano?
Para responder a esta pregunta fijémonos qué es lo que sucedió el
día de Pentecostés, el día que los Apóstoles recibieron el Espíritu
Santo. Dicen los evangelios que después de la Resurrección de Je-
sús, no se atrevían a salir fuera, y dice más, que estaban
encerrados en una casa por miedo a los judío. La venida del Espíritu
Santo significó un cambio profundo en la vida de los Apóstoles y en
la vida de la naciente Iglesia. Efectivamente, la venida del Espíritu
Santo cambió totalmente su vida y les abrió nuevos derroteros.